¿Te duele la cabeza? ¿Los ojos te lloran? ¿Te da sueño temprano? ¿Sientes como si te hubiera caído un piano en la espalda?

Tal vez estés experimentando la fatiga de las clases virtuales, casi nadie que pase más de ocho horas sentado frente a una computadora puede librarse de esto.

 

Por esto esta semana les presentamos unos consejos para evitar la fatiga en las clases virtuales

 

Haz pausas activas

Date un descanso de al menos cinco minutos entre clase y clase. Las clases de 45 minutos o más pueden ser agotadoras para cualquiera. Por eso es importante que separes esos momentos para respirar o hacer estiramientos de brazos, piernas, cabeza y cuello.

 

En cuanto a la respiración, puedes buscar un espacio tranquilo, de preferencia sin bulla y sentarte en una posición cómoda, con la espalda recta, los brazos sobre las piernas y los pies en el piso e inhalar y exhalar alrededor de cinco veces por un periodo de dos minutos. Al inhalar deberás inflar tu estómago como un globo y después soltar todo el aire acumulado.

 

Establece prioridades

Aprender a distinguir entre lo urgente y lo importante es básico. No todas las cosas se tienen que hacer el mismo día y a la misma hora. Hay algunas que sí son muy urgentes y vamos a tener que apagar ese incendio pronto, pero hay otras que se pueden dejar para mañana. Eso no significa que debemos pasarnos la vida procrastinando, pero tampoco debemos irnos al extremo de actuar como pulpos. También puedes probar usando diferentes aplicaciones para organizarte como Trello o Google. ¡A veces necesitamos una mano!

 

Recibe luz solar

Como el tolok, al menos una vez al día necesitas hacer una caminata para recibir luz solar, escuchar el sonido de las aves y recibir todo lo que tiene para darte la naturaleza. Anímate a dar aunque sea una vuelta a la manzana ¡Cinco minutos son suficientes! Estar un ratito al aire libre te ayudará quitarte la sensación de estar siempre confinado.

 

Identifica cuándo es tiempo de parar

Un ejercicio que te puede servir para los momentos de tensión es el STOP, es una herramienta de mindfulness que sirve para que te fuerces a dejar de hacer lo que estás haciendo y te conectes con tu cuerpo para observar todos esos pensamientos que pueden estar pasando y que por estar ocupado no notabas.

 

Quizás podrías estar sintiendo tristeza por no ver a tu familia y amigos o estrés porque no te alcanzó el tiempo para entregar todos sus trabajos. ¡Ahora podrás identificarlos!

Como ves, siempre hay tiempo para alejarte de los aparatos electrónicos por unos minutos.

¡Encontremos el balance en nuestras actividades del día a día para estar bien!