Cuando una persona no está acostumbrada a leer, le resulta difícil, va despacio y su memoria no está bien entrenada para la lectura, de manera que no recuerda bien lo que lee, sobre todo si son frases largas, y a menudo tiene que leer algo varias veces antes de entender lo que dice.

La lectura es algo que mejora con la práctica pero muchos estudiantes apenas leen, pues prefieren la televisión, los ordenadores o Internet antes que un libro. Esta falta de práctica en la lectura puede hacer que tengan problemas a la hora de estudiar. No obstante, las habilidades lectoras pueden mejorarse. Estos son algunos consejos que te ayudarán a lograrlo.

Consejos para leer mejor 

Pregúntate el motivo por el que lees algo

Antes de empezar a leer es importante que tengas claro por qué lo vas a leer. Por ejemplo, si tu profesor te ha asignado una determinada lectura, puedes preguntarle (o tratar de deducir) qué espera que aprendas de ella. No es lo mismo leer para entretenerte y pasar el rato que leer para encontrar una información determinada sobre un tema que deseas conocer o leer una novela con el propósito de comentarla después en clase o hacer un comentario de texto por escrito. En función del motivo, podrás centrarte especialmente en las partes del texto que te ayudarán a alcanzar tu propósito.

Échale un vistazo rápido al texto

Lee los títulos, los encabezados de diversos apartados, los párrafos principales (que suelen ser el primero y el último de cada apartado) y mira los gráficos, las tablas y las imágenes para hacerte una idea general del contenido del texto. Esto te ayudará a recordar mejor cuando lo leas entero y te ayudará a saber de antemano dónde está el contenido más importante.

No leas palabra por palabra

Para leer correctamente y entender y recordar lo que lees, es importante que, al fijar los ojos en el texto, no veas solo letras o palabras aisladas. Cuando un buen lector mira el texto, ve grupos de palabras que lee juntas, no palabras sueltas. Si tienes que leer letra por letra o palabra por palabra pierdes demasiado tiempo y, cuando terminas de leer una frase, ya se te ha olvidado lo que dice. Por tanto, para leer correctamente, fija tu vista en varias palabras para leerlas a la vez. Verás que cuando haces esto lees mucho más deprisa, porque en vez de "pronunciar" en silencio cada palabra una a una, te limitas a mirar varias palabras y leerlas instantáneamente, sin pronunciarlas. Además, al hacerlo así todo tiene más sentido porque no van llegando a tu mente palabras aisladas lentamente, sino frases o trozos de frases con significado, que son más fáciles de recordar.

Subraya o toma notas

Subrayar el texto que lees te sirve para destacar los puntos principales y ayudarte a recordar mejor. También puedes añadir notas al margen si no encuentras nada que subrayar. Esas notas te servirán, por ejemplo, para recordar la idea principal de un párrafo. Para subrayar es importante conocer el significado del texto y tener en cuenta el propósito de la lectura. Una vez que tengas claro lo que dice el texto y lo hayas entendido, podrás reconocer las frases o palabras más importantes (las que resumen la idea principal o sirven para recordarla) y subrayarlas.

Usa imágenes mentales

Las imágenes se recuerdan mejor que las palabras. Puedes convertir el significado del texto en alguna imagen que luego te servirá para recordarlo. Puedes usar las palabras subrayadas, por ejemplo, para convertirlas en imágenes o hacer imágenes mentales de títulos de los apartados. Por ejemplo, si quisieras recordar todos los apartados de este artículo que estás leyendo ahora, podrías crear una imagen mental para cada apartado y luego unir todas esas imágenes en un todo coherente, como si contaran una historia, para recordarlas todas juntas. Es cuestión de usar tu imaginación.

Piensa en lo que dice el texto

Conforme vayas leyendo, hazte preguntas que te hagan pensar acerca del texto y su significado. Pregúntate cuál es la idea principal, qué significa lo que dice, si estás de acuerdo o no, si lo estás entendiendo bien, cuál es la aplicación práctica de lo que lees, con qué otras ideas o conocimientos previos lo puedes relacionar, cómo encaja esa información con lo que ya sabes y cualquier otra pregunta que se te ocurra que te sirva para profundizar en el texto y su significado.

Repasa lo aprendido en cuanto termines

Cuando hayas leído todo el texto, subrayado, etc., haz un repaso de todo en ese mismo momento. Esto te ayudará a consolidar lo aprendido y recordar mejor.

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