Uno de los principales y más complejos retos que enfrenta la educación superior en tiempos de COVID 19 es el rezago y deserción escolar de los estudiantes; de manera general, estos dos puntos siempre habían estado relacionados con el fracaso académico y el inadecuado desarrollo de los hábitos de estudio, lo que se complejiza en estas condiciones de confinamiento social para las y los universitarios.

 

El concepto hábito hace referencia a una conducta adquirida por repetición siendo convertida en una estrategia de control sobre determinadas acciones, dado que se trata de pautas consistentes y cotidianas que generan nuestra efectividad o inefectividad frente a la conducta deseada.

 

Los hábitos de estudios son entonces los métodos y estrategias que suele usar un estudiante para hacer frente a una cantidad de contenidos de aprendizaje; el hábito de estudio requiere un nivel de esfuerzo, dedicación y disciplina. Pero también se alimenta de necesidades sociales y escolares que pueden estar generados por expectativas y motivaciones del estudiante que desea aprender. Por ello, es necesario entender que el proceso de aprendizaje es complejo y requiere de una adecuada planeación y organización del tiempo.

 

La habilidad y dedicación serán puntos claves para el aprendizaje de los conocimientos, siendo los hábitos de estudio los métodos y las estrategias que usará el estudiante para asimilar dichos conocimientos. Los hábitos que tiene un estudiante pueden verse afectados en condiciones adversas, como son los contextos de confinamiento social por esta pandemia, donde la cotidianidad de asistir a la escuela, tener horarios fijos, estudiar con los pares e ir a la biblioteca son imposibles, lo que sin duda ha generado una alteración en las formas cotidianas de estudiar; sin embargo, puede generar cambios positivos, evidenciado en el desarrollo de habilidades autodidactas o el aprendizaje en nuevas plataformas de enseñanza virtual, aunque el cambio que implica no sea tarea sencilla.

 

Tras la situación generada por el confinamiento social por COVID-19, el alumnado y profesorado ha tenido que emigrar sus rutinas académicas al mundo online para lo cual, se describen las siguientes recomendaciones que podrán ayudar en el desarrollo de hábitos de estudio auxiliares a este tipo de enseñanza-aprendizaje. Para aprender en línea y aprovecharlo al máximo, necesitas dedicar una cantidad significativa de tiempo y esto seguramente superará el tiempo que antes le dedicabas a la escuela y a estudiar.

 

Adquiere una “mentalidad virtual”.

Para aprender en línea y aprovecharlo al máximo, necesitas dedicar una cantidad significativa de tiempo y esto seguramente superará el tiempo que antes le dedicabas a la escuela y a estudiar.

Busca los medios, digitales o materiales que se necesiten para las clases, en caso de convivir con la familia y/o amigos se pueden gestionar acuerdo que integren los tiempos de todos, compartir las computadoras o laptop, celulares o tabletas para ayudar a facilitar el proceso de aprendizaje y generar la convivencia familiar.

 

Crea un espacio de trabajo

Usando lo que esta al alcance para crear un espacio cómodo, de preferencia iluminado y con ventilación, manteniendo cerca los materiales que se requerirán para las clases en línea o las tareas.

Identifica objetivos y metas de aprendizaje.

 

Lee cuidadosamente los requisitos de la tarea.

Pon atención en las instrucciones y las sugerencias del docente. Crea notas que estén estrechamente relacionadas a los objetivos, coloca recordatorios de las fechas en que se requieren las entregas de tareas importantes o las actividades ya programadas, así como de los objetivos que se buscan alcanzar.

 

Mantén una posición activa en las sesiones.

Participa en los debates o en las reuniones, así como en los trabajos en equipo, este aprendizaje no tiene que darse de forma aislada.

 

Auto organízate.

Ya que es la clave para sacarle provecho a la formación online, elabora planes mensuales, semanales o diarios, lleva una agenda por horas y una libreta con los pendientes que podrían ser de ayuda.

Establece horarios para las actividades escolares y en caso de compartir espacio con familiares o amigos, establece acuerdos funcionales para todos. Realiza pausas entre cada actividad escolar, toma agua, hidrata tu cerebro, puedes implementar ejercicios de respiración o de relajación entre una y otra actividad.

Organiza el tiempo libre restante para que la recreación cumpla la función de darte un espacio de esparcimiento ante las labores escolares realizadas, aun cuando se usen los mismos dispositivos electrónicos para estudiar y jugar, asigna el tiempo a cada actividad.

 

Pide ayuda siempre que necesites aclarar tus dudas.

Contacta a tus profesores y compañeros, la comunicación con ellos te retroalimenta y ayuda al proceso de aprendizaje.

 

Esta emergencia sanitaria ha venido a plantearnos, tanto a docentes como a estudiantes, un enorme desafío, nos ha llevado a condiciones impensables. El tener que aprender a usar nuevas tecnologías digitales y sacarles el mejor provecho en muy poco tiempo, dadas las circunstancias sociales, nos permite echar a andar nuestra creatividad para mantener el contacto personal y grupal, nos brinda una buena oportunidad de ensanchar nuestros horizontes de conocimientos no solo en cuanto a herramientas didácticas, sino también frente a nuevas relaciones interpersonales y profesionales, así que, es tiempo de tener paciencia, respeto, tolerancia, solidaridad y empatía

 

Fuente: https://fenix.iztacala.unam.mx/