Si se te dificulta expresarte ante varias personas, sigue estos tips que te convertirán en un buen orador. 

 

Hablar en público es una actividad desagradable para muchos y cuanto mayor sea la importancia del evento, peor el miedo. Sin embargo, como estudiante deberás enfrentarte constantemente a exposiciones y presentaciones, ya sea ante tu equipo, compañeros del salón, maestros, etc... y debes hacerlo de la forma correcta para conectarte con tu audiencia.

 

Pero hablar en público en realidad no es tan difícil. No es otra cosa que conversar, y eso lo haces prácticamente todo el tiempo. El misterio desaparece una vez que se ha aprendido cómo hacerlo.

 

Aquí te entregamos algunas claves para convertirte en un buen orador y aprender a expresar tus ideas ante una audiencia, ya sea de diez, cien o mil personas:

 

1. Exprésate con sencillez

La gente que te escuche captará una o dos de las principales ideas que expongas. Si no puedes expresar en un par de enunciados el punto que propones comunicar, entonces tu alocución no está bien definida. Y si no sabes con previsión lo que quieres decir, mucho menos lo sabrás decir en público.

 

2. Organízate

Sea larga o corta tu disertación, es importante ordenar los elementos de la misma. Hay que prever la introducción, los puntos principales que se van a exponer y la conclusión.

A veces, una buena forma de comenzar resulta ser la frase final. Una vez que sabes a dónde te diriges, puedes escoger el camino que más te plazca para llegar allí. Es decisivo tener un final poderoso y contundente, pues en la mayoría de los casos es lo que la gente mejor recuerda.

 

3. Sé breve

Evita los discursos demasiado largos y rolleros.

 

4. Sé sincero
Si tratas de ser distinto a como eres (poco natural), probablemente no vas a convencer a nadie. Si no te parece graciosa una anécdota, no esperes que el público se ría con ella. Si la información que pretendes transmitir no te despierta un verdadero interés, tampoco lo despertará en los demás.

 

5. Aduéñate de la situación

En los primeros momentos de un discurso se establece el vínculo entre el público y el expositor. Sonríe, agradece a la persona que te presentó y luego espera un momento.

No empieces hasta que hayas captado la atención de todos los presentes. Cada una de esas personas comprenderá inmediatamente que el orador le está hablando a ella, y su cerebro se dispondrá a prestarle atención. Eso es precisamente lo que quieres.

 

6. No leas, habla

Leer ante un auditorio no resulta tan eficaz como hablar directamente y con el corazón; la expresión espontánea quizá no sea tan pulida, pero definitivamente es mejor.

No es recomendable redactar discursos, pero sí lo es llevar notas para recordar lo que quieres decir, y saber en qué parte va uno. Una buena idea es hacer bullets con los puntos principales o con datos importantes que quieras dar a conocer.

 

7. Relájate

Cuando estamos sometidos a tensión nerviosa, a menudo olvidamos cómo respirar correctamente. Toda persona que acostumbra presentarse o actuar en público conoce la importancia de la respiración.

No inhales profunda y forzadamente, ni respires con mayor rapidez que de lo normal; te puedes hiperventilar. Para relajarte, sólo tienes que mover el diafragma suave y rítmicamente y dar inhalaciones largas y profundas.

 

Nos leemos en la próxima.

Si te gustaría aprender con mayor rapidez, hay algunos trucos científicos que te pueden ayudar a entender y memorizar conceptos y tareas. Los investigadores especializados en ciencia cognitiva llevan estudiando durante años cómo aprendemos los seres humanos, lo que les permite ofrecernos consejos útiles para acelerar el proceso y que éste sea más eficaz.

A continuación te dejamos los consejos científicos para aprender cualquier cosa más rápido y estudiar mejor.

 

1.- Aprende partes individuales

Las habilidades son más fáciles de estudiar aprender como partes individuales. Por este motivo resulta útil dividir los conocimientos en distintas unidades, para ir reproduciéndolas una por una hasta dominarlas. Con el tiempo, la acumulación de estas habilidades más pequeñas se irá sumando en el aprendizaje de la habilidad mayor.

Por ejemplo, para aprender fotografía, lo mejor es ir conociendo uno por uno el funcionamiento de los distintos componentes, como el obturador o el objetivo. Poco a poco estos conocimientos se irán sumando y permitirá aprender más rápido la habilidad superior.

 

2.- Concéntrate en una única cosa

Si quieres aprender más rápido, lo mejor es que pongas los cinco sentidos y que no te distraigas haciendo otras cosas. La multitarea no funciona cuando queremos almacenar información nueva, así que no puedes estar a varios temas a la vez. Además, cada vez que te distraes necesitas alrededor de 25 minutos en volver a concentrarte.

 

3.- Escribe lo que aprendes

Deja de lado el teclado, coge lápiz y papel y escribe los nuevos conocimientos que vas adquiriendo. Seguro que alguna vez has escuchado que escribir a mano nos ayuda a consolidar lo que aprendemos, y se trata de una afirmación respaldada por la ciencia.

De acuerdo con los científicos, trazar las letras sobre el papel supone un vínculo cognitivo más fuerte que mecanografiar. Un estudio de 2014 descubrió que los estudiantes que toman notas a mano recordaban mejor los hechos, clasificaban mejor las ideas complejas y sintetizaban mejor la información. Por ello, escribir es otro de los trucos científicos para aprender más rápido.

 

4.- Los errores ayudan a mejorar

No hay nada más natural que equivocarse y los errores nos ayudan a interiorizar mejor aquello que hemos hecho mal. Un estudio del aprendizaje motor revela que el cerebro reserva un espacio para los errores, lo que nos permite recuperar estos recuerdos para mejorar en futuros intentos. Por tanto, es importante ver los fallos de manera positiva, analizarlos y descubrir cómo enmendarlos.

 

5.- Practica tanto como puedas

Cuanto más practiques, más aprenderás. De acuerdo con la ciencia, cuando nuestro cerebro tiene que llevar a cabo una tarea una y otra vez, los caminos se van tallando de una manera constante hasta quedar para siempre.

 

6.- Enseña a otras personas

Un truco interesante para consolidar las habilidades es enseñar a otras personas. Cuando utilizas los conceptos aprendidos y los describes con tus propias palabras, además de dominar la idea estás haciendo más profundo tu conocimiento de ella.

 

7.- Ser optimista ayuda a tener éxito

Ser positivo y confiar en tus capacidades es otro consejo para estudiar mejor, aprender más rápido y tener éxito. Los pensamientos negativos producen ansiedad, y este sentimiento impide explorar soluciones para resolver los problemas. Por este motivo, si te enfrentas a las nuevas tareas con optimismo tienes más posibilidades de conseguir tu objetivo.

 

Esperamos pongas en práctica estos 7 consejos, nos leemos en la próxima.

Estar entre dos carreras y no saber cuál elegir es algo más común de lo que crees y existen varias maneras de comenzar a conocerte y así saber qué es lo que realmente quieres.

Esta semana les compartimos 8 consejos que debes seguir si estás entre dos carreras y no sabes cuál elegir:

 

1) Define por qué te gustan las dos carreras

Pregúntate por qué te gusta cada una o si te estás dejando llevar por razones diferentes al gusto, como seguridad económica, o por ser una carrera que tus papás aceptarían más.

 

2) Elige la carrera que te apasiona más

Si al analizarlo te das cuenta que una te gusta más y la otra la eliges por diversas razones entonces el consejo es que te orientes por la que más te gusta. Cuando uno hace lo que le gusta las ganas que siente por eso hace que desarrolle habilidades distintas y repercute en tu rentabilidad y otros factores.

 

3) Puedes integrar ambas carreras

Si las dos carreras te gustan, ambas te apasionan, entonces proyecta tu futuro y vislumbra cuál te gustaría que sea tu columna vertebral. Muchos profesionales juntan las carreras que les gustan y una la estudian en la universidad y otra en especializaciones.

 

4) Conoce a profundidad las dos carreras

Conoce con realismo ambas carreras para que tus dudas sean despejadas de la manera adecuada.

 

5) ¿Cuál es tu objetivo?

En primer lugar, hay que analizar con qué objetivo quieren estudiar. En base a eso van a decidir si quieren estudiar una carrera de pregrado/tecnicatura o hacer una carrera de grado. Tienen que pensar en todas las variables ya que no todas las carreras tienen la misma duración, ni se cursa la misma cantidad de horas. La elección del tipo de carrera depende de la situación personal de cada uno. En algunos casos, uno puede arrancar estudiando una carrera corta (tecnicatura o pre grado) y luego continuar la carrera en la universidad, y así obtener el título de grado.

6) Análisis del plan de estudios

Otro de los elementos a analizar es el plan de estudios. Este se refiere a la forma de organización de los contenidos y actividades que se consideran básicos en la formación académica. En el plan de estudios figura la nómina de materias de la carrera. Dependiendo de la universidad, puede que haya variaciones en el plan de estudios.

 

7) Ver los posibles campos laborales

Informarse en profundidad el campo laboral de las carreras de tu interés. Se refiere a las funciones y los ámbitos dónde vas a poder desempeñarte con tu profesión. Hay carreras que tienen un campo laboral más amplio que otras. Es importante conocerlo, ya que te va a dar la pauta de en qué lugares podrías trabajar y si te ves o no en esos ámbitos. Pueden aprovechar y explorar distintos escenarios posible de trabajo.

 

8) Sueldos y demanda

Conocer las condiciones del mercado laboral. Es decir, cuáles son las oportunidades laborales de esa profesión. Considerar las condiciones de empleo y los salarios que reciben los profesionales, puede ser un aspecto más a considerar en la elección de la carrera.

Esperamos que estos 8 consejos te sean de utilidad, nos leemos en la próxima.

Qué emoción!

Sabemos que has estudiado con constancia y dedicación pero aún así te recomendamos que sigas estos consejos, que te ayudarán todavía más a conseguir el resultado que necesitas para quedarte en la carrera de tus sueños.

 

¿Sientes que los nervios y loa inseguridad te están invadiendo?

Es normal, pero una técnica increíble para deshacerse de los nervios es la siguiente: toma un pedazo de papel y escribe todo lo que te pone nervioso o los pensamientos negativos que tengas, hazlo bolita y lánzalo a la basura. Aunque no lo creas, esto te ayudará a deshacerte de esas inseguridades. También puedes hacerlo a la inversa: piensa en todos tus logros y enfócate en las cosas que haces excelente.

 

¡Deja el estudio pesado!

Ya faltan pocas horas para tu examen, así que de preferencia ya no estudies y aléjate de todo tu material, esto podría hacer que te sobrecargues o te pongas más nervioso. Si no puedes evitarlo, mejor da una lectura rápida de cuadros sinópticos, resúmenes, flashcards o el “acordeón” que hayas preparado para estudiar.

 

Ten a la mano todo lo que necesitarás.

Asegúrate de tener en tu mochila lápiz, borrador, sacapuntas, bolígrafo y tu ficha de examen o boleta-credencial, además de tus identificaciones oficiales. También revisa las indicaciones sanitarias y prepara tu cubrebocas, careta y gel antibacterial para estar listo.

 

Prepara tu ropa.

¿Tienes unos calcetines de la suerte? ¿Hay alguna playera que te dé muchísima confianza? Mejor búscalos con anticipación y prepara tu outfit desde antes. Toma en cuenta el clima y tu comodidad, ya que serán varias horas las que pasarás sentado.

 

Recuerda que ya no es momento de ponerte a repasar como loco, confía en tí mismo, enfócate en relajarte y pasar un día tranquilo, ya que esto te ayudará a sentirte más cómodo y seguro contigo y con tus conocimientos.

 

EL DÍA HA LLEGADO

 

Respira hondo y prepárate.

Lo que hagas a continuación puede ayudarte muchísimo en el momento en que estés realizando tu examen. Estos son los consejos que te dejamos para el día en que presentes tu examen:

 

Haz un poco de calentamiento.

Así como los deportistas calientan sus músculos antes de una competencia, tú puedes ir encendiendo motores con tu cerebro. Resuelve un crucigrama, lee un artículo o busca una trivia que no esté relacionada con el examen.

 

Come algo ligero.

Tal vez deberías dejar pasar hoy los chilaquiles con carne asada hoy y tomar un desayuno o almuerzo ligero, o toda tu energía se enfocará en digerir la comida y no en tu concentración. Prepárate un sándwich, algo de fruta y verduras que lo acompañen. Sin embargo, come, aunque no sientas hambre, o podrías sentirte débil y cansado durante el examen.

 

Mientras vas camino a tu examen, busca distintas maneras de relajarte.

Pon una canción que te calme, piensa en una actividad que te guste mucho o imagínate un plan que te entusiasme.

 

Aléjate del teléfono.

Además de que está absolutamente prohibido utilizar tu teléfono en el examen, la cantidad de información que recibes de redes sociales es inmensa y puede aumentar tu nerviosismo. Si lo necesitas para ver la ubicación, pedir un taxi o llamar a tus papás, ve directo a lo que necesitas y no te pongas a revisar todos los grupos de estudio de FB y los hilos de Twitter sobre el examen, ya que sólo te pondrán nervioso.

 

Ve al baño.

A lo mejor podrá parecerte tonto que te sugiramos esto, pero tu examen cierto tiempo y no querrás perder tiempo o concentración para solucionar esto.

 

Recuerda que lo más importante el día de hoy es que te concentres y des lo mejor de ti al hacer el examen. Si bien es muy importante y es un paso que podría decidir la escuela a la que asistirás los siguientes años, al final de cuentas sólo es un examen y esto no definirá tu futuro, confía en tí mismo y MUCHO ÉXITO.

 

Esta semana les compartimos algunos 10 tips que pueden ayudarte a sacar buenas notas.

 

1. Corta el tiempo de estudio en trocitos

Investigaciones sobre los procesos atencionales y el rendimiento de estudio muestran que es mejor controlar los ratos que le dedicamos al estudio poniendo un límite de tiempo más bien bajo para cada sesión.

Lo ideal es hacer que los ratos de estudio no superen los 30 minutos, ya que mostramos bastante más facilidad para asimilar información que nos llega en ráfagas cortas y repetidas que en una sola que sea larga y tediosa. De lo que se trata es de mantener el cerebro al 100% en cada momento (por cierto, mantener el sueño a raya es sagrado, y para eso nada como dormir bien).

 

2. Crea una rutina de estudio

Proponerse un horario de estudio y seguirlo no sirve sólo para ofrecer una imagen de madurez y pulcritud, ya que tiene efectos notables sobre el rendimiento de estudio. Abordar el aprendizaje de manera desorganizada es una manera de terminar estudiando a altas horas de la noche, cuando el sueño y el cansancio hacen mella en nuestra capacidad de concentrarnos.

Además, acostumbrarnos a un horario hará más fácil que no nos saltemos los ratos de estudio y nos permitirá dedicarles el tiempo que se merecen. En ese sentido, el mismo que funciona para los ejercicios de gimnasio funciona también para memorizar y asimilar información. ¡No lo dejes todo para mañana!

 

3. Crea notas-resumen en hojas individuales

No confíes demasiado en la técnica de subrayar textos. El hecho de subrayar no ayuda a memorizar el texto si no se repasa varias veces, y de todos modos ceñirse a la memorización de las frases que tienen una línea debajo nos mantiene anclados a la manera en la que la información queda distribuida en el texto original. En cambio, hacer esquemas y pequeños resúmenes en trozos de papel nos obliga a reformular la información que hemos leído y, además, hace más fácil crear combinaciones de notas que son distintas a las del texto pero que nos ayudan a entender mejor lo que leemos, ya que podemos juntar o separar los trozos de papel del modo que queramos para asimilar la información en el orden deseado.

 

4. Mantén alejadas las distracciones

Puede parecer evidente, pero nunca está de más recordarlo porque estas distracciones pueden adoptar las formas más insospechadas y es bueno identificarlas. En tu lista negra deben estar Facebook, el teléfono móvil y la televisión, pero puedes incluir otros elementos propios de tu día a día y hacer lo posible por aislarte de todos ellos durante los ratos de estudio (recuerda que son cortos, así que... ¡no es mucho pedir!). Hacer esto antes de ponerte a estudiar te ayudará a no caer en la tentación una vez hayas empezado.

 

5. Prepara tu material de estudio antes que nada

Tener preparado todo lo que necesitas hará que no te levantes para ir a buscar cosas y, por lo tanto te distraigas. Además, asociar este conjunto de objetos al estudio hará que, cada vez que lo veas, entres en la dinámica de estudiar con facilidad... ¡aunque no sabrás explicar exactamente por qué te ocurre! Por tanto, préstale atención a la organización de los libros y herramientas que necesites antes de sentarte a hincar los codos. Si lo tienes todo perfectamente organizado, será más fácil que logres tener todos los recursos a mano y puedas ser más eficiente durante tus horas de estudio.

 

6. Proponte (al menos) una unidad de estudio para cada sesión

Fija un tema a estudiar y estúdialo. Organizar información relacionada entre sí por el hecho de permanecer a un tema o categoría de cualquier clase es mucho más fácil que estudiar piezas de información dispersas y desordenadas. Para eso es bueno que leas la lección una vez para crear un mapa mental de la localización de los temas en el texto y luego te focalices en cada uno de ellos.

 

7. Huye de la memorización literal

Haz tuya la información que contienen los textos. Relaciónala con episodios de tu vida, reformúlala con tus propias palabras y usa ejemplos que conoces. De esa forma lograrás alcanzar el aprendizaje significativo que necesitas, bastante más resistente al paso del tiempo que el que se basa en la memorización de datos a los que no se les encuentra demasiado sentido.

 

8. Huye de la memorización lineal

Piensa, sobre todo, en similitudes y diferencias entre conceptos, piezas de información que en los textos que te has estudiado no aparecen muy conectados pero que podrían estarlo en ciertas preguntas de examen, por ejemplo.

 

9. Practica constantemente

Si tienes la posibilidad, evalúate con exámenes o cuestionarios acerca del tema que estudias. Esto puede parecer una pérdida de tiempo si crees que el tiempo bien invertido sólo puede ser dedicado a "empaparse" de la información a estudiar, pero no lo es en absoluto, ya que te ayudará a detectar fallos y además te servirá para medir tu progreso y, por lo tanto, a mantener alta la motivación, lo cual también repercutirá positivamente en tu rendimiento.

 

10. Explícale la lección a otra persona

Esto es literal. El hecho de explicar en tus propias palabras lo que has aprendido es posiblemente el consejo para estudiar más valioso, ya que te aportará dos grandes beneficios. Por un lado, reformular la lección es una manera de repasar mentalmente lo que has estudiado, por lo que el tiempo que le dediques a esto servirá para asimilar mejor lo que habías estudiado antes. Por otro lado, te servirá para autoevaluarte, detectar puntos que creías aprendidos pero que en momentos clave te dan problemas, y te ofrecen una imagen bastante fiel de tus progresos.

 

Esperamos estos 10 tips les sean de utilidad, nos leemos en la próxima.

 

 

Al igual que la mayoría de actividades o acciones que realizamos las personas, la motivación es el motor que hace que estas actividades se lleven a cabo de manera satisfactoria. Esta motivación puede ser tanto intrínseca, cuando hacemos algo por el mero placer de hacerlo; o extrínseca, cuando lo que nos motiva es la consecución de una recompensa externa.

Asimismo, la motivación también puede verse afectada por nuestro estado de ánimo. En algunas ocasiones las diferentes situaciones por las que pasamos en nuestro día a día condicionan nuestro estado de ánimo y por lo tanto esto afecta también a nuestra motivación para realizar determinadas tareas, incluyendo los hábitos de estudio.

 

Esta semana les compartimos 12 consejos para motivarte a estudiar, siguiendo estos pequeños pasos, poco a poco se convertirán en costumbres y tu rendimiento académico mejorará notablemente.

 

1. Planificar la sesión de estudio

Es esencial comenzar por planificar tu sesión de estudio. Elegir qué materia o materias vas a estudiar e intentar ponerte un tiempo límite para hacerlo. Una buena idea es realizar un listado con las tareas a realizar durante la sesión y ordenarlas según su prioridad. Conforme vayas adelantando en las tareas te sentirás más motivado y realizado.

 

2. Establecer metas pequeñas

El establecimientos de pequeñas metas u objetivos en aquellos momentos en los que el material de estudio o trabajo sea de gran volumen, nos ayudará a sentirnos realizados y por lo tanto a mantener nuestra motivación alta.

 

3. Hacer primero lo más difícil

Durante los primeros momentos de estudio es cuando tenemos más energía. Esta energía se irá consumiendo poco a poco conforme pasen las horas, por lo tanto es mucho más eficaz realizar aquellas actividades o estudiar aquellas materias que nos resulten más difíciles en estos momentos.

De lo contrario, si lo dejamos para el final es muy probable que no nos queden apenas fuerzas y percibamos esta tareas como mucho más complicada de lo que es.

 

4. Evitar las distracciones

Teléfono móvil, redes sociales, internet, televisión, etc. Todo esto son agentes distractores ¡que nos desvían de nuestra tarea y hacen que nuestra mente se disperse, haciendo mucho más difícil volver a concentrarnos en nuestra tarea.

Todas estas distracciones solamente consiguen hacernos perder mucho tiempo, ser menos eficaces y por lo tanto favorecen que desarrollemos un sentimiento de incompetencia y desmotivación.

 

5. Descansar de vez en cuando

Es muy recomendable tomarse cierto tiempo de descanso antes de que la fatiga se apodere de nosotros. Si dejamos nuestra tarea cuando ya no podemos más nos será muy difícil retomarla y, seguramente, lo haremos desmotivados.

Lo ideal es tomar pequeños descansos de 10-15 minutos cuando notemos el más mínimo síntoma de cansancio. De esta forma, estaremos mucho más despejados y con más energía para volver a sentarnos a trabajar.

 

6. Premiarse

Una vez acabada la sesión de trabajo o de estudio prémiate con pequeñas recompensas. Si crees que los has hecho bien o que el trabajo ha sido productivo permítete alguna recompensa que te motive.

 

Para poder hacerlo de manera eficaz puedes seguir los siguientes pasos:

- Ponte una meta y establece la recompensa de antemano. Así estarás motivado para conseguirla.

- Para que la recompensa sea efectiva, ha de ser proporcionada al esfuerzo o dificultad de la tarea.

- Si crees que no has rendido lo suficiente no te premies, sino no tendrá ningún efecto cuando lo hagas.

 

Las auto-afirmaciones también son pequeñas recompensas que podemos ir dándonos mientras estamos trabajando.

 

7. Encontrar el contexto de estudio ideal

Cada persona rinde mejor en un contexto y horario determinado. Por lo tanto es necesario saber cuál es nuestro horario y entorno ideal para estudiar.

Por ejemplo, podemos estudiar con música si esta es apropiada, estudiar en un lugar dónde haya más gente como una biblioteca, o por en contrario estar totalmente solos y en silencio.

 

De la misma manera, es posible que durante las primeras horas de la mañana nos encontremos más despejados para trabajar bien o, por el contrario, la tarde sea nuestro momento ideal para concentrarnos mejor.

 

8. Utilizar las bibliotecas

A pesar de que, como se comenta anteriormente, cada persona tiene un lugar de estudio ideal. Las bibliotecas nos proporcionan un espacio tranquilo y sin las distracciones que podamos tener en casa.

 

Además, si vas acompañado puedes establecer metas conjuntas y descansar junto con otra persona, cosa que siempre hacen más llevaderas las largas sesiones de estudio.

 

9. Adecuar tu espacio de trabajo

Asegúrate de que todo funcione correctamente y de que tienes todo lo necesario para estudiar o realizar las tareas que tengas pendientes. De lo contrario perderás mucho tiempo buscando cosas y esto puede llegar a frustrarte mucho cuando veas que no puedes adelantar el trabajo.

Asimismo, un espacio de trabajo ordenado y limpio no hará sentirnos más cómodos y a gusto.

 

10. Pensar en las metas a largo plazo

Reflexiona acerca de que lo que te ha llevado a realizar dichos estudios o actividades, así como qué puedes conseguir una vez los termines. Todo esto potenciará tu motivación y te ayudará a encontrar una razón para continuar.

Una buena opción es dejarlo reflejado en algún lugar, un papel o una pizarra que te sirvan de motivación y puedan ayudarte a recordar para qué estás haciendo este esfuerzo.

 

11. No procrastinar

La procrastinación es el "arte" de dejar aquello que no nos apetece hacer para otro momento, sustituyéndolo por algo más ligero y que nos apetezca más. Aunque esto suene bien, la realidad es que siempre acabarás postergándolo, así que lo mejor es proponerse hacer y realizarlo cuando aún tengamos energía.

 

12. Asumir cierto nivel de estrés

Experimentar un mínimo nivel de estrés no es perjudicial, por el contrario este nos ayuda a mantenernos activos y atentos a lo que estemos haciendo.

No obstante, no podemos dejar que este nos embargue. A pesar de que un poco de estrés es bueno para nuestro rendimiento, mucho puede hacer que nos saturemos y que la ansiedad que lo acompaña nos impida concentrarnos y realizar bien nuestro trabajo.

 

Esperamos te sirvan estos 12 consejos y los puedas poner en práctica, nos leemos en la próxima.

 

Fuente: Psicología y mente

Con la situación actual que se vive a nivel mundial, la educación en casa se ha convertido en una nueva normalidad que ha afectado a la gran mayoría, todos los niveles académicos han migrado a aulas virtuales y esto ha cambiado la dinámica de estudio pues los espacios de la casa cómo la sala o el comedor se han convertido en los nuevos lugares de estudio, esto no es lo más conveniente.

En otros casos se contaba previamente con un escritorio o una mesa para estudiar en la habitación de los niños o universitarios pero al cambiar la dinámica de solo unas horas para completar tareas a estar la mayor parte del en la misma zona, las necesidades han cambiado, ahora no solo es necesario un espacio, también hay que considerar factores como la iluminación y la organización.

 

Es importante que haya un espacio designado únicamente para el estudio, así ayudas programando tu cerebro a que solo se concentre en una cosa al estar en esa área, si mezclas espacios como la recámara o la sala con el lugar de estudio se mandan mensajes cruzados lo que hace más difícil la hora de estudiar.

 

Al elegir el lugar ideal toma en cuenta los siguientes factores:

  • Estar alejado lo más posible del ruido
  • Tener buena conexión a internet
  • Evitar distracciones como ventanas frente al escritorio o televisores

La mejor luz a la hora de estudiar es la luz natural. Si obtener este tipo de iluminación no es posible se puede optar por una alternativa como una lámpara artificial que pueda graduarse en altura e intensidad.

La iluminación adecuada ayuda a mantenerse enfocado y es importante proteger los ojos tras pasar tantas horas expuestos a la luz azul, la mejor opción es una fuente de luz artificial que simule la calidez de la luz natural para poder mantenerla estable sin importar los cambios de luz por la hora, el clima o las estaciones del año.

 

Los escritorios son la mejor opción porque cuentan con varios espacios de organización. Hay una amplia variedad de estilos y materiales para que no interfiera con la decoración del espacio en el que se instale. A la hora de elegir escritorio hay que tener varios factores en mente como el nivel escolar que se cursa y lo que esto puede significar, desde escritorios con mucho espacio de almacenamiento para papeles hasta escritorios minimalistas en los que solamente se tiene espacio para una computadora, es algo que se tiene que considerar. 

Aunque la elección de escritorio es muy importante lo más importante es la silla de trabajo, esta elección igual depende de la edad del estudiante pues para estudiantes lo más recomendable es una silla ergonómica en la que puedan pasar largas horas de estudio cómodamente.

 

A la hora de migrar los estudios completamente a la casa el material de estudio se multiplica entre cuadernos, trabajos manuales, material de papelería y lo que normalmente viviría en las mochilas como lápices de colores y plumas. Todo este material no puede estar repartido por toda la casa porque genera confusión para todos, tanto para los padres como para el mismo estudiante. Un consejo para evitar este problema es dedicar una repisa o cajones con divisiones para mantener todo en orden.

 

Igualmente es importante contar con organizadores que ayuden a clasificar el material de estudio, ya sea que se divida por materia, semestre o hasta para poder dividir los materiales en caso de haber más de un estudiante en casa.

El éxito escolar tiene varios factores y uno importante es la motivación del estudiante, es probable que con la situación actual se pierda un poco de esta motivación, afectando el desempeño escolar, una manera de ayudar a la organización mientras se impulsa la motivación es con tableros de corcho, pizarras y notasadhesivas en las que se tenga visualmente frases motivacionales y áreas con las tareas pendientes o los horarios de clase.

Si es posible dedicar una habitación específicamente para un estudio la elección de color es muy importante, hay que evitar colores brillantes y optar por tonos azules o verdes pastel para ayudar a la concentración. Los colores naranja o amarillo ayudan a la motivación y productividad, pero hay que mantenerse alejado de figuras o patrones por que pueden afectar a la concentración. Puedes incorporar estos colores con la decoración o las cortinas.

 

Nos leemos en la próxima.

Uno de los pilares fundamentales del estudio son los apuntes que tomas en clase, que te servirán para posteriormente crear tu material de estudio (apuntes, esquemas, resúmenes, etc.). Es por ello que es tan importante tomar unos buenos apuntes durante las clases. Ahora, te preguntarás ¿cómo deberías tomar apuntes en clase?  Esta semana te compartimos algunos consejos que te ayudarán.

Al tomar apuntes debes usar un lenguaje sencillo.

No intentes utilizar un lenguaje demasiado culto que más adelante tendrás descifrar. Utiliza un lenguaje coloquial en tus notas: conseguirás que te sea más sencillo escribir y entender la información.

No ocupes toda la hoja.

Intenta dejar algún hueco en los lados del papel para poder añadir datos y complementar la información. Ten en cuenta que, durante la clase, el profesor suele hacer referencia a información que ya se ha visto para afianzar conceptos. Si no dejas un lugar para complementar los datos, tus apuntes estarán más desordenados y te costará más entender tus anotaciones.

Utiliza encabezados.

En la parte superior de la hoja pon siempre el nombre de la asignatura, la fecha en la que se impartió la clase, número de página, etc. Todos estos datos te ayudarán a ponerte en situación de un solo vistazo. Aunque al principio te parezca evidente, cuando hayan pasado tres meses de clases agradecerás que estos encabezados te ayuden a ubicarte.

Introduce ejemplos en tus apuntes.

Si durante la clase el profesor pone algún ejemplo, utilízalo. Puede que en ese momento te resulten evidentes, pero suelen ayudar a la hora de comprender la información y, pasado un tiempo, seguro que los agradecerás. Piensa que a veces es más sencillo recordar de forma inversa y, desde un ejemplo, entender el concepto principal.

No dejes de escribir nunca.

Es probable que en ocasiones pierdas el hilo durante la clase. Es normal, pero eso no significa que debes dejar de tomar apuntes. Continúa anotando y deja un hueco para añadir, a posteriori, la información que falta.

Resalta y destaca.

Utiliza diferentes colores, enmarca palabras o frases, subraya enunciados y palabras clave…Ayúdate de fluorescentes, dibujos o diferentes tipos de letra para jerarquizar el tipo de información.

En clase olvídate de la vergüenza.

Levanta la mano, pregunta al profesor, a tu compañero. Dedica un par de minutos a resolver tus dudas al finalizar la clase. Esto te ayudará a aclarar cualquier concepto que no hayas comprendido bien y te será útil para completar y mejorar tus apuntes.

Practica la escucha activa.

Para poder tomar apuntes debes intentar captar el máximo de la información que se expone en clase. Ten esto en cuenta, porque mantener la atención y realizar una escucha activa será determinante para conseguir unos buenos apuntes de clase.

Presta atención a las expresiones introductorias.

Durante el transcurso de la clase es probable que tu profesor repita varias veces expresiones del tipo: lo importante es…, en resumen…, concluyendo…, etc. Este tipo de frases suelen preceder a ideas de gran relevancia.

Observa el tono utilizado por el profesor.

Una de las cosas que deberás tener muy en cuenta es el tono y el volumen que emplea el profesor durante su explicación. Casi todos los ponentes modulan el tono de su exposición para enfatizar los aspectos más importantes del discurso.

Bueno ahora que ya tienes la información, , toma nota y ponla en práctica, esperamos te sean de utilidad estos consejos. Nos leemos en la próxima.

Dirección

Calle 24 No. 437 por 41-B, Col. Industrial (a la vuelta de la Prepa Uno).

Tel. 999 188 0937

Cel. 999 910 0535