¿La sola idea de dar un discurso frente a una audiencia te produce nervios? ¿Sabías que hablar en público es uno de los miedos más comunes? No tiene por qué ser así.

En esta oportunidad, te compartimos algunas estrategias y consejos para liberarte del pánico y expresar tus ideas con eficacia y tranquilidad:

 

1. Concientizate de que el nerviosismo es normal

Todos sentimos algunas reacciones fisiológicas como latidos rápidos del corazón, y manos temblorosas cuando estamos expuestos a algo que nos genera ansiedad, pero eso no es malo, algunos nervios están bien. No asocies esos sentimientos con la sensación de que vas a hacer el ridículo, porque la adrenalina que te hace sudar es la también hace que estés más alerta y listo para dar tu mejor rendimiento.

Lo que debes hacer es aprender a controlar la ansiedad y las reacciones que te genera. La mejor manera de hacerlo es prepararse y practicar.

 

2. Conoce bien tu material

Improvisar no es una buena idea. Aunque seguir la corriente y ser espontáneo es recomendable, confiar en que tu presentación será buena sin una pizca de preparación es algo que ni siquiera los mejores oradores harían. Investiga y conoce profundamente el tema , qué dirás y cómo vas a decirlo. Saber de lo que vas a hablar es una de las mejores formas de aplacar los nervios.

 

3. Conoce a tu audiencia

Es tan importante comprender a tu audiencia tanto como entender el tema que expondrás frente a ellos. Esto quiere decir que necesitas saber el nivel de conocimiento que ellos tienen y adaptar tu presentación en consecuencia. Incluso si debes exponer el mismo tema frente a dos o más grupos diferentes, es recomendable que la adaptes para cada uno.

 

4. Practica, practica y practica otra vez

Una vez que tu presentación esté armada, revísala; luego, revísala de nuevo. Practica tu discurso frente a un espejo y luego practica frente a un familiar o amigo. Cada vez que repitas tu presentación te sentirás más cómodo y la idea de llevarla a cabo frente a una audiencia será menos intimidante.

 

5. Trabaja en tu respiración y relájate

Cuando te concentres en tu respiración, tu voz tendrá más resonancia y te relajarás. Respira con calma y concéntrate en mantener un ritmo. Aunque este es un ejercicio para hablar en público, el trabajo de respiración ayudará a reducir el estrés y mejorará la claridad en todas las áreas de tu vida.

Recuerda que los seres humanos solemos ser los peores críticos de nosotros mismos. Si te olvidas de una frase de tus apuntes o si te salteas una diapositiva sin querer, no es el fin del mundo. Es solo una presentación.

 

6. No esperes al último momento

Un tiempo prudente antes de tu exposición, revisa que el micrófono funcione correctamente, que el proyector, televisor o pantalla muestre bien la presentación y que las demás herramientas o complementos que vayas a usar estén listas. ¡Todo esto debe estar preparado de antemano! En caso de que algo falle, sonríe y trata de mantener la compostura mientras tú mismo u otros se encargan del problema. Lo más importante es que reacciones con calma y no dejes que los nervios te dominen.

 

7. Emplea los recursos visuales como apoyo

Contar con una buena presentación de PowerPoint e incluso proporcionar material a la audiencia te quitará un poco de presión, ya que los ojos del público no estarán siempre posados en ti y tendrás algo en qué basarte si te quedas en blanco.

Recuerda, sin embargo, que las diapositivas no deben tener mucho texto, ya que en ese caso nadie escuchará lo que dices. Si toda la presentación te la pasas leyendo directamente de un papel o de las diapositivas, mostrarás falta de confianza y conocimiento en lo que dices. Es recomendable que solo uses los recursos visuales como un apoyo extra.

 

8. Llama la atención al iniciar y cierra con un final dinámico

¿Te gusta escuchar un discurso que comienza con “Hoy te voy a hablar de X”? La mayoría de la gente no lo hace. En su lugar, utiliza una estadística sorprendente, una anécdota interesante o una cita concisa. Concluye tu discurso con un resumen y una declaración contundente que tu audiencia seguramente recordará.

Además, se tú mismo, no te conviertas en una cabeza parlante, en ningún tipo de comunicación. Establecerán una mayor credibilidad si tu personalidad brilla y tu audiencia confiará en lo que tienes que decir si pueden verte como una persona real.

 

9. Háblale a una persona a la vez

Uno de los aspectos de dar discursos que más terror pueden generar es el público. Quizás la sola idea de pararte frente a muchas personas expectantes, esperando escuchar tus palabras, pueda hacerte sentir escalofríos. La mejor manera de superar este miedo es hablarle a una persona a la vez.

Elige tres personas del público y alterna tu mirada entre ellos, como si estuvieran teniendo una conversación en un café, y míralos a los ojos. Lo más importante: no te quedes mirando al piso, al techo ni a tus apuntes, esto demostrará que no estás lo suficientemente preparado ni tienes confianza en lo que dices.

 

10. Habla claro y haz pausas

Hablar a una velocidad excesivamente rápida es uno de los delatores más indiscretos del nerviosismo. Por más que tu discurso sea brillante, si nadie puede entenderte este tiene el mismo valor que si dictaras tu lista de compras. Intenta hablar de forma pausada y clara, incluso un poco más lenta de lo normal.

 

11. Sé breve

Lamentablemente, existen muchos oradores que alargan su presentación hasta lo impensable con discursos de nunca acabar, sin importarles aburrir mortalmente a la audiencia ni respetar su tiempo. No seas uno de ellos. Ten claro qué es lo que se espera de tu presentación y respétalo, ni más ni menos.

 

12. Incorpora tu opinión personal

Cualquiera puede copiar y pegar un tema y repetirlo mecánicamente frente a una audiencia. Lo que hará la diferencia en tu presentación es lo que tú le puedas aportar desde tu experiencia y conocimientos personales. Al momento de dar tu discurso, intenta incluir, ocasionalmente, algunos pensamientos y opiniones propias. Aunque estas deben ser previamente planificadas y preparadas, trata de que luzcan espontáneas. Brindar un poco de ti a la presentación hará que se sienta más interesante a los ojos del público.

 

13. Cuida tu apariencia

Por más que lo más importante es lo que digas y cómo lo digas, tu apariencia personal no deja de ser un elemento a tener en cuenta a la hora de dar una presentación eficaz. Cuanto más prolijo y profesional sea tu aspecto, más confianza sentirás frente a la audiencia. Asegúrate de lucir lo mejor que puedas.

¿No entiendes lo que lees? Evita ese problema, te damos algunos consejos para mejorar tu comprensión de lectura.

Leer es un hábito que debemos adquirir todos, ya que trae muchos beneficios. Además al ingresar a la universidad nos veremos obligados a leer gran cantidad de información, la cual nos ayudará a entender algunos temas de las asignaturas. Debes estar preparado para ese momento.

 

Es necesario tener velocidad en la lectura, pero también es indispensable que la comprendas. Te damos algunos consejos para mejorar tu comprensión de lectura.

 

1. Lee

Leer constantemente es importantísimo. Debes practicar para que poco a poco mejores la comprensión. Te recomendamos que leas temas que te interesen, así no te aburres y terminar el libro.

 

2. Lenguaje

Comienza a leer textos sencillos con un vocabulario coloquial, luego lee texto más especializado. Alterna la complejidad del lenguaje. De esta manera aumentarás tu vocabulario y te acostumbrarás a diferentes textos.

 

3. Notas

Algunos libros son muy complejos, ya sea por la cantidad de personajes o datos importantes que necesitas recordar para continuar leyendo. Es recomendable que hagas algunas anotaciones, así podrás repasar los hechos que ya leíste.

 

4. Lee despacio

Para mejorar tu comprensión lectora, debes leer despacio cada línea. Así te sentirás obligado a entender oración por oración.

 

5. Pausas

Haz una pausa cada párrafo, para continuar tu lectura. Analiza lo leído para asegurarte que lo entendiste.

 

6. Tranquilidad

Es necesario que leas en un lugar tranquilo para que puedas concentrarte. Toda tu atención debe estar en la lectura. Lee en silencio y sentado, disfruta lo que lees así es más fácil comprenderla.

 

7. Preguntas

Cuando termines de leer, debes realizarte preguntas sobre el entorno del texto. La idea es que recuerdes lo sucedido. Así podrás darte cuenta si la comprendiste.

 

8. Diccionario

Es importante tener un diccionario cada vez que leamos. Algunas veces no conoceremos el significado de algunas palabras, por esa razón no podremos interpretar la lectura de manera correcta. El diccionario te ayudará a saber el significado y además aprenderás nuevas palabras.

 

Poco a poco y con la práctica comprenderás todos los textos a la perfección. Luego de lograr comprenderlos, debes mejorar la velocidad de tu lectura. De esta manera podrás leer cualquier libro sin ningún problema. ¡Disfruta el hábito de la lectura!

Uno de los principales y más complejos retos que enfrenta la educación superior en tiempos de COVID 19 es el rezago y deserción escolar de los estudiantes; de manera general, estos dos puntos siempre habían estado relacionados con el fracaso académico y el inadecuado desarrollo de los hábitos de estudio, lo que se complejiza en estas condiciones de confinamiento social para las y los universitarios.

 

El concepto hábito hace referencia a una conducta adquirida por repetición siendo convertida en una estrategia de control sobre determinadas acciones, dado que se trata de pautas consistentes y cotidianas que generan nuestra efectividad o inefectividad frente a la conducta deseada.

 

Los hábitos de estudios son entonces los métodos y estrategias que suele usar un estudiante para hacer frente a una cantidad de contenidos de aprendizaje; el hábito de estudio requiere un nivel de esfuerzo, dedicación y disciplina. Pero también se alimenta de necesidades sociales y escolares que pueden estar generados por expectativas y motivaciones del estudiante que desea aprender. Por ello, es necesario entender que el proceso de aprendizaje es complejo y requiere de una adecuada planeación y organización del tiempo.

 

La habilidad y dedicación serán puntos claves para el aprendizaje de los conocimientos, siendo los hábitos de estudio los métodos y las estrategias que usará el estudiante para asimilar dichos conocimientos. Los hábitos que tiene un estudiante pueden verse afectados en condiciones adversas, como son los contextos de confinamiento social por esta pandemia, donde la cotidianidad de asistir a la escuela, tener horarios fijos, estudiar con los pares e ir a la biblioteca son imposibles, lo que sin duda ha generado una alteración en las formas cotidianas de estudiar; sin embargo, puede generar cambios positivos, evidenciado en el desarrollo de habilidades autodidactas o el aprendizaje en nuevas plataformas de enseñanza virtual, aunque el cambio que implica no sea tarea sencilla.

 

Tras la situación generada por el confinamiento social por COVID-19, el alumnado y profesorado ha tenido que emigrar sus rutinas académicas al mundo online para lo cual, se describen las siguientes recomendaciones que podrán ayudar en el desarrollo de hábitos de estudio auxiliares a este tipo de enseñanza-aprendizaje. Para aprender en línea y aprovecharlo al máximo, necesitas dedicar una cantidad significativa de tiempo y esto seguramente superará el tiempo que antes le dedicabas a la escuela y a estudiar.

 

Adquiere una “mentalidad virtual”.

Para aprender en línea y aprovecharlo al máximo, necesitas dedicar una cantidad significativa de tiempo y esto seguramente superará el tiempo que antes le dedicabas a la escuela y a estudiar.

Busca los medios, digitales o materiales que se necesiten para las clases, en caso de convivir con la familia y/o amigos se pueden gestionar acuerdo que integren los tiempos de todos, compartir las computadoras o laptop, celulares o tabletas para ayudar a facilitar el proceso de aprendizaje y generar la convivencia familiar.

 

Crea un espacio de trabajo

Usando lo que esta al alcance para crear un espacio cómodo, de preferencia iluminado y con ventilación, manteniendo cerca los materiales que se requerirán para las clases en línea o las tareas.

Identifica objetivos y metas de aprendizaje.

 

Lee cuidadosamente los requisitos de la tarea.

Pon atención en las instrucciones y las sugerencias del docente. Crea notas que estén estrechamente relacionadas a los objetivos, coloca recordatorios de las fechas en que se requieren las entregas de tareas importantes o las actividades ya programadas, así como de los objetivos que se buscan alcanzar.

 

Mantén una posición activa en las sesiones.

Participa en los debates o en las reuniones, así como en los trabajos en equipo, este aprendizaje no tiene que darse de forma aislada.

 

Auto organízate.

Ya que es la clave para sacarle provecho a la formación online, elabora planes mensuales, semanales o diarios, lleva una agenda por horas y una libreta con los pendientes que podrían ser de ayuda.

Establece horarios para las actividades escolares y en caso de compartir espacio con familiares o amigos, establece acuerdos funcionales para todos. Realiza pausas entre cada actividad escolar, toma agua, hidrata tu cerebro, puedes implementar ejercicios de respiración o de relajación entre una y otra actividad.

Organiza el tiempo libre restante para que la recreación cumpla la función de darte un espacio de esparcimiento ante las labores escolares realizadas, aun cuando se usen los mismos dispositivos electrónicos para estudiar y jugar, asigna el tiempo a cada actividad.

 

Pide ayuda siempre que necesites aclarar tus dudas.

Contacta a tus profesores y compañeros, la comunicación con ellos te retroalimenta y ayuda al proceso de aprendizaje.

 

Esta emergencia sanitaria ha venido a plantearnos, tanto a docentes como a estudiantes, un enorme desafío, nos ha llevado a condiciones impensables. El tener que aprender a usar nuevas tecnologías digitales y sacarles el mejor provecho en muy poco tiempo, dadas las circunstancias sociales, nos permite echar a andar nuestra creatividad para mantener el contacto personal y grupal, nos brinda una buena oportunidad de ensanchar nuestros horizontes de conocimientos no solo en cuanto a herramientas didácticas, sino también frente a nuevas relaciones interpersonales y profesionales, así que, es tiempo de tener paciencia, respeto, tolerancia, solidaridad y empatía

 

Fuente: https://fenix.iztacala.unam.mx/

Si has tenido que escribir algo a mano recientemente, quizás has sentido que tu mano se cansaba mientras el interlineado se iba hacia abajo y las letras se confundían entre sí. Con el uso de los móviles, tabletas y el ordenador, cada vez hay menos necesidad de utilizar el bolígrafo y el papel. Frente a esto, cursos y tutoriales de Internet están recuperando el arte de la letra manuscrita, una práctica que según varios estudios ayuda a interiorizar mejor la información.

 

Es posible mejorar nuestra letra ya de adultos? Con algo de tiempo, mucha paciencia, y ganas, sí, se puede. Estos son algunos consejos para conseguir una buena caligrafía.

 

1. Cuida la postura al sentarte

Comprueba que tienes espacio para apoyar los brazos (es mejor si el antebrazo con el que escribes puede descansar sobre la mesa), evita cruzar las piernas, apoya los pies sobre el suelo, y vigila que la espalda no esté en tensión. "Intenta escribir con los pies delante de la silla, la espalda erguida, e inclina el papel un poco a la izquierda si eres diestro.

 

2. Atento al papel

"Siempre pon tres o cuatro hojas de papel debajo para que haga un poco de colchón". Escribir sobre un bloc demasiado grueso puede distorsionar la letra. Una buena opción es empezar con papel ya interlineado para ir interiorizando las líneas paralelas y la distancia entre los trazos que suben y bajan (por ejemplo, de las letras p, b, j, g).

 

3. Elige el bolígrafo o el lápiz adecuado (y sujétalo bien)

"Normalmente tomamos el bolígrafo como una garra, con los dedos fruncidos y muy apretados, pero se escribe mejor si se estiran los dedos, con la muñeca sin doblar y haciendo la fuerza desde el hombro". "El instrumento debe descansar entre los dedos índice y pulgar.  Los bolígrafos muy finos son más difíciles de sujetar y pueden cansar más los músculos. Los ballpoint (el típico Bic que nunca se gasta) son los más comunes, con la ventaja de que se secan rápido y son más baratos, pero pueden ser más incómodos de sujetar y la tinta no discurre tan fácilmente.

 

4. Practica trazos con plantillas

Un truco recomendable es repetir líneas en zig-zag. Otro método es realizar varios círculos pequeños (como la letra O) y trazar los caracteres dentro del círculo. "Para mejorar tu letra ahora, puedes empezar trazando dibujitos, pequeños muelles y demás, como se hacía con los cuadernos, "No es la letra pero es una manera de automatizar el gesto que tiene que hacer la mano".

 

5. Tómate tu tiempo

"Dedicándole media hora al día, en seis u ocho semanas puedes conseguir resultados". Para no desesperarse, lo mejor es planteárselo como un objetivo a largo plazo. Los expertos suelen aconsejar ir despacio al principio y luego ya acelerar el ritmo. "Lo primero es bajar la velocidad”.

 

6. Sé creativo

Esto será importante para no caer en el aburrimiento. Ensaya repitiendo frases con aliteraciones, copiando letras de canciones, o fragmentos de tus libros favoritos.

 

7. Experimenta con aplicaciones para tablet y móvil

Un paso más allá está la caligrafía creativa, conocida como lettering en Instagram y otras redes sociales.

¿Te abrumas cuando tienes un examen y no sabes por dónde empezar? ¿Estás en época de exámenes?

 

Estudiar para las pruebas puede ser difícil y a veces ni siquiera sabemos por dónde empezar. Pero existen estrategias para mejorar tu memoria, los niveles de concentración e incluso tu estado de ánimo. Hay mucho que puedes hacer para estudiar de manera más efectiva, aprender técnicas de estudio que funcionen y mantenerte positivo.

Estos consejos te ayudarán a mantenerte en forma cognitivamente y mejorar tu aprendizaje.

 

Pero primero lo primero:

 

1. Desayuno y alimentos para el cerebro

Nuestros cuerpos necesitan energía para funcionar correctamente, y la capacidad del cerebro para concentrarse proviene de un suministro adecuado y constante de energía en forma de glucosa.

Las investigaciones muestran que los estudiantes que desayunan obtienen mejores resultados en los exámenes porque les resulta más fácil concentrarse y recordar información.

Por eso, asegúrate de comenzar tu día con carbohidratos que liberarán energía lentamente a lo largo de la mañana como el pan integral o cereales bajos en azúcar, como la avena.

También necesitarás aumentar tu ingesta de proteínas con leche, yogur o huevos.

 

2. Empieza antes

Comienza a estudiar mucho antes de la fecha del examen. Esto ayudará a que te sientas más tranquilo y es menos probable que termines abrumado.

Además, intenta estudiar por la mañana, cuando tu cerebro está descansado y fresco. Evita dejar la mayor parte del repaso por la tarde, cuando existe la posibilidad de que estés más cansado.

Sería mejor si estableces una rutina con el estudio: ponte como objetivo comenzar y terminar de estudiar aproximadamente a la misma hora cada día.

 

3. Establece en qué necesitas enfocarte

¿Es un examen oral?; ¿práctico?; etc...

Diferentes tipos de exámenes requieren distintos enfoques: descubre el formato de tu examen y sabrás cuánto del programa de estudios necesitas revisar.

Para un examen del tipo ensayo, es posible que no necesites cubrir todas las materias, por lo que podría ser más efectivo enfocarte en algún contenido y estudiarlo en mayor profundidad.

Mientras que una prueba de opción múltiple o un examen basado en respuestas cortas requerirá una comprensión más amplia, aunque menos detallada, del programa de estudios.

 

4. Planifica

Puede parecer todo un trabajo, pero hacer un plan de estudio realmente te ahorrará tiempo (no perderás ni un minuto decidiendo qué revisar día a día) y te ayudará a hacer un seguimiento de tu progreso.

Confecciona un calendario lo más detallado posible, incluidos los documentos o notas relevantes que deberás revisar, y cúmplelo.

Y no olvides tener en cuenta el tiempo para socializar, hacer ejercicio y cualquier otro descanso.

 

5. El "espacio" puede ser tu mejor aliado

Distribuye tus sesiones de estudio y ni siquiera pienses en abrumarte: es mucho mejor tener sesiones de estudio de una hora durante 10 días, que estudiar un tema durante 10 horas en un día.

Otras técnicas incluyen el uso de tarjetas de memoria, creación de mapas mentales, trabajo en grupo o incluso grabarse a sí mismo hablando y reproduciéndolo.

Es por eso que es bueno empezar temprano, ya que te da tiempo para probar lo que más te funciona.

 

6. Autoevalúate

Según psicólogos y neurocientíficos, "autoevaluarse" podría ser una de las formas más efectivas de mejorar tu capacidad para recordar información.

La técnica también te ayuda a entender un concepto y no solo memorizarlo. También te da una oportunidad de verificar cualquier falla en tu conocimiento.

Una de las mejores maneras de autoevaluare es hacer resúmenes o simplemente ponerse a prueba al final de una sesión de estudio.

 

7. Duerme bien

Por supuesto, necesitarás dormir bien durante la noche antes de un examen, pero esto se aplica a todo el período de estudio.

Ir a dormir a una hora razonable significa que podrás levantarte temprano, bien descansado y listo para abordar el plan de estudio de ese día.

No te tientes a quedarte toda la noche despierto y ten cuidado con el perfeccionismo, ya que podría interferir con tu descanso.

¿Te duele la cabeza? ¿Los ojos te lloran? ¿Te da sueño temprano? ¿Sientes como si te hubiera caído un piano en la espalda? Tal vez estés experimentando la fatiga de las clases virtuales.  Ya sea que estés en el colegio o en asesorías nadie que pase más de ocho horas sentado frente a una computadora puede librarse de esto.

 

Esta semana les compartimos algunas pautas para evitar que se convierta en un problema a largo plazo y afecte nuestra salud mental y rendimiento.

Haz pausas activas

 

Date un descanso de al menos cinco minutos entre clase y clase.

Las clases de 45 minutos o más pueden ser agotadoras para cualquiera. Por eso es importante que separes esos momentos para respirar o hacer estiramientos de brazos, piernas, cabeza y cuello.

En cuanto a la respiración, puedes buscar un espacio tranquilo, de preferencia sin bulla y sentarte en una posición cómoda, con la espalda recta, los brazos sobre las piernas y los pies en el piso e inhalar y exhalar alrededor de cinco veces por un periodo de dos minutos. Al inhalar deberás inflar tu estómago como un globo y después soltar todo el aire acumulado.

 

Establece prioridades

Aprender a distinguir entre lo urgente y lo importante es básico. No todas las cosas se tienen que hacer el mismo día y a la misma hora. Hay algunas que sí son muy urgentes y vamos a tener que apagar ese incendio pronto, pero hay otras que se pueden dejar para mañana. Eso no significa que debemos pasarnos la vida procrastinando, pero tampoco debemos irnos al extremo de actuar como pulpos. También puedes probar usando diferentes aplicaciones para organizarte como Trello o Google. ¡A veces necesitamos una mano!

 

Recibe luz solar

Al menos una vez al día necesitas hacer una caminata para recibir luz solar, escuchar el sonido de las aves y recibir todo lo que tiene para darte la naturaleza. Anímate a dar aunque sea una vuelta a la manzana ¡Cinco minutos son suficientes! Estar un ratito al aire libre te ayudará quitarte la sensación de estar siempre confinado.

 

Identifica cuándo es tiempo de parar

Debes aprender a tomar descansos, relajaciones y ejercicios de respiración para no saturarte, darte un “brake” te ayudará a reactivarte y continuar.

Como ves, siempre hay tiempo para alejarte de los aparatos electrónicos por unos minutos. ¡Encontremos el balance en nuestras actividades del día a día para estar bien!

Para elegir una carrera o estudio es necesario conocer o reconocer para qué somos hábiles y qué cosas nos interesan o atraen, por esto es importante que entiendas las diferencias entre:

 

INTERESES

Los intereses son inclinaciones o disposiciones naturales que tenemos las personas hacia una o varias actividades, objetos o individuos. Podemos tener muchos o varios intereses y, gracias a ellos, el trabajo o las actividades que desarrollamos nos resultan placenteras. Por ejemplo, jugar futbol, tocar un instrumento, coleccionar estampillas, etc…

 

HABILIDADES

¿Para qué soy hábil? ¿Qué hago bien? Las aptitudes son capacidades que tenemos las personas para realizar determinadas actividades. Son habilidades desarrolladas mediante la práctica y la repetición. Se aprenden y se entrenan. Por ejemplo, la memoria, la concentración, la destreza manual.

 

ÁREAS OCUPACIONALES

Las áreas ocupacionales agrupan distintos tipos de actividades del mundo del trabajo. Son conjuntos de carreras u ocupaciones afines, que comparten principios técnicos o científicos, o los ámbitos en los que se lleva a cabo el trabajo. Por ejemplo, las ocupaciones relacionadas con las ciencias médicas o ciencias de la salud.

 

Una vez que tengas bien definidas estas 3 diferencias te proponemos realizar el siguiente test vocacional:

http://www.decidetusestudios.sep.gob.mx/vista/test-vocacional/

 

Esperamos que esta información te ayude a definir mejor tu lo que quieres estudiar, nos leemos a la próxima.

Muchos estudiantes experimentan problemas para poder cumplir con las tareas académicas en línea, la falta de tiempo o motivación hacen que sea muy difícil concentrarse luego de una larga jornada de clases. Para ayudarte a mejorar tu desempeño te presentamos 10 tips para motivarte a realizar tus tareas académicas.

1. No dejes las cosas para último momento

No existe peor forma de sabotearte que intentar terminar tus tareas la noche antes del plazo establecido para entregarlas.

2. Piensa en las consecuencias

Si te sientes desmotivado para realizar tus tareas, reflexiona sobre las consecuencias de tus acciones. Considera que esto puede acarrearte una mala nota, o la desaprobación de tu profesor.

3. Ten en mente los beneficios

Otra forma de encontrar motivación es pensando en los beneficios que te proporcionará el ser un buen estudiante.

4. Encuentra un lugar adecuado

Es importante que dispongas de un lugar apropiado al estudio. Siéntate cómodamente en un escritorio y asegúrate de tener a mano todos los materiales necesarios.

5. Busca compañía para estudiar

Si tienes dificultades para concentrarte solo, considera buscar un compañero de estudios. Una de las ventajas del estudio online, es que facilita este tipo de instancias colaborativas. Aprovéchalas.

6. Escoge música tranquila

Elige una música ambiental tranquila, que no te distraiga de tus tareas pero que te ayude a relajarte.

7. Realiza ejercicio físico

Esto te ayudará a liberar tensiones y sentirte más despierto. Es importante que encuentres formas alternativas a la cafeína para recargar tus energías.

8. Establece una rutina

Fíjate horarios estrictos para cumplir con tus tareas y apégate a ellos en la medida de lo posible. Existen muchos programas y apps para ayudarte a organizar tu tiempo, busca la que más te acomode y úsala.

9. Desconéctate

Apaga el televisor, desconecta tu celular y evita entrar en las redes sociales mientras estés realizando tus tareas.

10. Recompénsate

Una vez que hayas terminado tus tareas recompénsate de alguna manera, ya sea haciendo algo que te guste o saliendo con tus amigos de paseo. El tiempo de ocio es fundamental para recuperar energías, si la pandemia y las medidas sanitarias lo permiten.

Esperamos que estos consejos les sean de utilidad y puedan ponerlos en práctica, nos leemos en la próxima entrega.

 

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