¿Qué es lo primero que te viene a la mente cuando tienes que hablar en público?
Te encanta exponer en clase, presidir una reunión o dar una conferencia o, más bien, te ves atrapado en pensamientos negativos como; ¿Y si me tiembla la voz?, ¿me voy a quedar en blanco?, Ya verás como la lio y lo hago mal…
En general, muchas personas lo pasan mal durante el primer minuto, pero tienen los recursos o la fuerza suficiente para poder evitar bloqueos en pleno escenario y continuar con la presentación.
Sin embargo, hay personas que pasan por una gran ansiedad hablando en público y sabemos que el miedo escénico o miedo hablar en público es, posiblemente, la fobia social más frecuente en nuestra sociedad. Si el miedo a hablar en público es persistente, es posible que se trate de “Glosofobia”.
Las causas del miedo a hablar en público, algunas veces desconocidas, se pueden resumir en una sola palabra: expectativas, y no son necesariamente las del público, sino principalmente las que uno se marca cuando sube a un podio o tiene que hablar delante de más personas. El orador puede tener imágenes de sí mismo que suelen ser autodestructivas, piensa que todo debe ser perfecto y desea conseguir la aprobación de su audiencia. Este miedo al fracaso puede generar un bloqueo o hacernos pasar un mal rato que se va a transmitir a los oyentes al hablar en público.
Como conseguir una representación interna positiva de nosotros, que nos ayude a disfrutar de las presentaciones, reuniones o clases a dar.
Hay algunos trucos que nos ayudan para hablar sin miedo ante un grupo de personas:
1.- Prepárate muy bien tu presentación.
Cuanto mejor domines el tema, menos posibilidades tienes de fracasar. Solo usa el material necesario para no perderte y solo te falta practicar y practicar.
Es importante tener un buen apoyo de medios audiovisuales. Nos ayuda a mantener el control sobre el tema.
2.- Acude con tiempo de antelación a la sala.
Así tendrás tiempo para resolver problemas, comprobar cables, wifi, proyector, etc. Si con todo eso aun algo falla, sigue adelante con lo que recuerdes, porque gracias a la práctica dominas el tema.
3.- El trabajo no es perfecto.
Si te obsesionas con obtener resultados perfectos, estarás pendiente de ello y te puede generar estrés y ansiedad. Si te equivocas, llévalo con sentido del humor.
4.- Trabaja la comunicación no verbal.
Gestos, postura, las manos, la mirada, etc...
5.- Conoce y saluda a los participantes antes de tu intervención.
Esto te dará más confianza y te mostrarás amigable.
6.- Sé tú mismo.
No trates de ser quien no eres o apartentar posturas falsas de ti, esto se nota, lo mejor es siempre ser tú mismo.
7.- Respira.
La respiración correcta ayuda a tranquilizarnos y oxigenarnos mejor, no te aceleres.
8.- Bebe agua antes y durante la presentación.
Esto te ayudará a mantenerte hidratado y que no se te seque la garaganta.
9.- Habla despacio y con contundencia.
El tono de voz, la velocidad, las pausas o el ritmo nos permiten transmitir energía y fuerza.
10.- Habla de aquello que te apasiona y dominas.
De esta manera lo harás de manera natural y llevarás mejor el tema. Obivamente si el tema no lo dominas deberás prepararte para hacerlo.
11.- Elabora una lista de preguntas que crees que te harán y ten las respuestas a mano.
Esto es muy útil para estar preparado ante las posibilidades de tus respuestas. Y recuerda, si no tienes la respuesta no trates de improvisar, siempre es mejor admitir que no la cononces pero que investigarás al respecto.
Sin duda, hay personas que tienen mayor facilidad oratoria y se encuentran como pez en el agua en frente de una audiencia. Pero todos tenemos la posibilidad de mejorar nuestra capacidad de hablar en público, y conseguir hacerlo de manera que resulte atractiva, clara, dinámica y transformando miedos, nervios y estrés, en una sonrisa de confianza.