Tomar clase en línea puede ser desgastante, tanto o más que una jornada de estudio presencial. Estos consejos le ayudarán a disminuir el agotamiento mientras estudia desde casa.

 

Me distraigo con facilidad”, “me da pereza”, “necesito estar en un aula” y “no sé cuándo tomar pausas” estos son algunos de los problemas comunes de los estudiantes que se enfrentan a cursos en línea. Situaciones como la cuarentena por COVID-19 complican el estado anímico y físico de los alumnos aún más, puesto que al estrés académico se le añade el estrés del encierro y la posibilidad de contagio.

 

“Todos los que estábamos acostumbrados a la presencialidad (a tener horarios determinados y una rutina) hemos tenido que cambiar abruptamente a la virtualidad, que implica estar horas sentados frente a un computador”, afortunadamente, existen muchas formas de mitigar estos problemas y sobrellevar la coyuntura.

 

Asegura tu bienestar

“Es más fatigante estar frente a un computador que permanecer en la presencialidad”. Esto se debe a que la pantalla pude cansar la vista, los alumnos tienden a asumir posturas corporales inadecuadas, muchos aparatos están hechos sin ergonomía, la ansiedad puede inhibir el impulso de hidratarse o levantarse de cuando en cuando y los movimientos monótonos, como escribir en el teclado o presionar el mouse, provocan estrés muscular.

 

En primer lugar, es importante reposar periódicamente los ojos, ya que esto evita que se resequen y sirve para relajar los músculos de la visión. Es recomendable conseguir un buen monitor y ajustar la configuración de la computadora. También se debe parpadear y alejar la vista de la pantalla con regularidad.

 

En lo que respecta a la postura y la ergonomía, se recomienda conseguir una silla ajustable y creada especialmente para no esforzar las partes del torso, especialmente la espalda. Además, no todas las computadoras son ideales a la hora de trabajar cómodamente. Idealmente, la pantalla debería estar a la altura de sus ojos, inclinada adelante o hacia atrás si lo necesita, y el teclado debería estar colocado de tal manera que usted pueda descansar los antebrazos sobre la superficie de trabajo, sea un escritorio o una mesa.

 

En el caso de los portátiles, que en la mayoría de los casos sólo permiten o un teclado sobre la mesa o una pantalla a la altura de la vista, se sugiere utilizar una base que permita elevar la pantalla hasta la altura de la vista y conseguir un teclado extra que funcione por puerto USB y un ratón independiente. Así, todos los elementos de trabajo estarán justo en la posición más ergonómica posible.

 

Para disipar el estrés y la ansiedad, los métodos más eficaces son regular los factores ambientales de la zona de trabajo, las pausas activas, la correcta hidratación y un buen descanso. Lo ideal es tomar un vaso de agua cada 20 o 25 minutos (lo cual equivaldría a unos 2 o 3 litros a lo largo del día), tener un lugar de estudio fijo, fresco y bien aireado; hacer estiramientos (particularmente del cuello, las muñecas, los brazos, la espalda y las piernas) y dormir al menos siete horas completas.

 

Todos esos factores contribuirán a mejorar la concentración y a evitar la aparente necesidad de distraerse. En cuanto a la salud mental específicamente, lo mejor que puede hacer es evitar aislarse y dedicar el ocio a sus proyectos personales. Comunicarse con sus amigos y familiares es una forma de evitar la soledad durante la pandemia, emplear el tiempo en temas que le apasionan es un modo eficaz de mantener un buen ánimo y la mente ocupada.

 

Nos leemos en la próxima

 

La pandemia ha generado diversos cambios en el mundo educativo, desde la movilidad del aprendizaje, hasta la gestión de los contenidos pedagógicos. En este escenario, buscando métodos para garantizar el proseguimiento de las clases, diferentes instituciones están investigando sobre las ventajas de la enseñanza híbrida.

En la práctica, tal metodología consiste en la unión de la educación a distancia y el proceso presencial. O sea, el alumno puede estar en sus clases y realizar actividades mediante el Internet, sin embargo, aún tiene algunos encuentros presenciales, ya sea para evaluaciones, pasantías o grupos de orientaciones.

Pese a que la movilidad haya crecido en los últimos años, la enseñanza híbrida ganó más espacio con la pandemia y la flexibilización de la cuarentena.

La principal razón para tanto fue la necesidad de las instituciones en proveer a los estudiantes no solamente un aprendizaje de calidad, como también seguridad ante esta crisis de salud.

Por otro lado, esta estructura de enseñanza también atiende a las expectativas de los alumnos, ya que viabiliza toda la flexibilidad y movilidad para adecuarse a la rutina de estos estudiantes. Pero, al fin de cuentas, ¿cuáles son las ventajas de la enseñanza híbrida y cómo puede esta opción auxiliar las Instituciones de educación en el retorno progresivo de las clases? Para ayudarle a contestar estas preguntas, les compartimos 6 beneficios de esta modalidad.

1- Promueve autonomía a los alumnos

Una de las razones en adoptar esta metodología es el hecho de que promueva más autonomía a los alumnos. Esto pasa porque en la aula de clases tradicional, los maestros son responsables por ministrar las asignaturas.

Sin embargo, en la enseñanza híbrida pasa exactamente lo contrario. A pesar de que los maestros aún preparen las clases según la planificación pedagógica, cabe a los estudiantes que accedan estos contenidos y que sigan el flujo del curso, conforme tiempo y dedicación invertidos.

2- Amplifica el rendimiento de las clases y contenidos

Complementando el tópico anterior, un plan híbrido muy bien empleado y seguido amplifica el rendimiento del alumno en los materiales y su asimilación de los contenidos.

De manera general, todos los recursos disponibles son adaptables para la modalidad de aprendizaje y facilita el proceso de enseñanza, proveyendo, incluso, una mejor experiencia al estudiante.

3- Optimiza el tiempo del maestro

Otras ventajas de la enseñanza híbrida están en la planificación de los maestros. Con un flujo de contenidos optimizado y mejor adecuación de los alumnos, los maestros pueden dedicar tiempo en actividades que son imprescindibles, con el acompañamiento de estos estudiantes y una retroalimentación constante.

Encima, incluso el período estipulado para corrección de actividades o evaluaciones pueden ser mejorados mediante una plataforma de aprendizaje.

4- Aumenta la interacción de los alumnos y reduce la evasión

El momento actual, sin dudas, ha dificultado la permanencia de los alumnos en el curso, ya que muchos estudiantes han perdido sus empleos debido a la pandemia.

Sin embargo, otros factores pueden generar cancelaciones de matrículas, como la falta de adecuación del alumno en las asignaturas.

En este sentido, la metodología híbrida, por amplificar la experiencia de los estudiantes, es capaz de aumentar la interacción de estos usuarios con los contenidos y así reducir la evasión.

5- Prepara la Institución de Enseñanza Superior para el futuro

Entre las principales ventajas de la enseñanza híbrida, tiene destaque la preparación de la Institución de Enseñanza para atender a las modalidades de aprendizaje y a las tendencias del mercado.

Una encuesta realizada por Pearson ha constatado que el 80% de los encuestados creen que la enseñanza online será más común en un futuro muy cercano.

Por lo mismo, cuanto más recursos tiene una institución, mejor será su desarrollo en respuesta al momento actual y más sostenimiento tendrá para proyecciones de crecimiento.

6- Permite la adecuación de varias metodologías de aprendizaje

Por fin, una de las ventajas de la enseñanza híbrida es la posibilidad de emplear diferentes metodologías activas, como la gamificación, caminos de aprendizaje, enseñanza basada en competencias y aulas de clase invertidas.

Además,  es posible personalizar completamente la plataforma y los contenidos presentados según el perfil de los alumnos y sus dificultades.

¡Nos leemos en la próxima!

 

Fuente: www.d2l.com/es/blog

Estos son algunos trucos psicológicos para ayudarte a valorar tus métodos de estudio y aquí puedes leer una serie de consejos para estudiar de forma eficiente para optimizar el tiempo y el esfuerzo que le dedicas a tu aprendizaje.

Si las aplicas a tu rutina durante el curso, es altamente probable que tus calificaciones académicas suban notablemente

 

1. Corta el tiempo de estudio en trocitos

Es mejor controlar los ratos que le dedicamos al estudio poniendo un límite de tiempo más bien bajo para cada sesión. Lo ideal es hacer que los ratos de estudio no superen los 30 minutos, ya que mostramos bastante más facilidad para asimilar información que nos llega en ráfagas cortas y repetidas que en una sola que sea larga y tediosa.

 

2. Crea una rutina de estudio

Proponerse un horario de estudio y seguirlo no sirve sólo para ofrecer una imagen de madurez y pulcritud, ya que tiene efectos notables sobre el rendimiento de estudio. Abordar el aprendizaje de manera desorganizada es una manera de terminar estudiando a altas horas de la noche, cuando el sueño y el cansancio hacen mella en nuestra capacidad de concentrarnos.

 

3. Crea notas-resumen en hojas individuales

No confíes demasiado en la técnica de subrayar textos. El hecho de subrayar no ayuda a memorizar el texto si no se repasa varias veces, y de todos modos ceñirse a la memorización de las frases que tienen una línea debajo nos mantiene anclados a la manera en la que la información queda distribuida en el texto original.

 

4. Mantén alejadas las distracciones

En tu lista negra deben estar Facebook, el teléfono móvil y la televisión, pero puedes incluir otros elementos propios de tu día a día y hacer lo posible por aislarte de todos ellos durante los ratos de estudio.

 

5. Prepara tu material de estudio antes que nada

Tener preparado todo lo que necesitas hará que no te levantes para ir a buscar cosas y, por lo tanto te distraigas. Además, asociar este conjunto de objetos al estudio hará que, cada vez que lo veas, entres en la dinámica de estudiar con facilidad.

6. Proponte (al menos) una unidad de estudio para cada sesión

Fija un tema a estudiar y estúdielo. Organizar información relacionada entre sí por el hecho de permanecer a un tema o categoría de cualquier clase es mucho más fácil que estudiar piezas de información dispersas y desordenadas.

 

7. Huye de la memorización literal

Haz tuya la información que contienen los textos. Relaciónala con episodios de tu vida, reformúlala con tus propias palabras y usa ejemplos que conoces. De esa forma lograrás alcanzar el aprendizaje significativo que necesitas.

 

8. Huye de la memorización lineal

Piensa, sobre todo, en similitudes y diferencias entre conceptos, piezas de información que en los textos que te has estudiado no aparecen muy conectados pero que podrían estarlo en ciertas preguntas de examen, por ejemplo.

 

9. Practica constantemente

Si tienes la posibilidad, evalúate con exámenes o cuestionarios acerca del tema que estudias. Esto puede parecer una pérdida de tiempo si crees que el tiempo bien invertido sólo puede ser dedicado a “empaparse” de la información a estudiar, pero no lo es en absoluto, ya que te ayudará a detectar fallos y además te servirá para medir tu progreso y, por lo tanto, a mantener alta la motivación, lo cual también repercutirá positivamente en tu rendimiento.

 

10. Explícale la lección a otra persona

Esto es literal. El hecho de explicar en tus propias palabras lo que has aprendido es posiblemente el consejo para estudiar más valioso, ya que te aportará dos grandes beneficios. Por un lado, reformular la lección es una manera de repasar mentalmente lo que has estudiado, por lo que el tiempo que le dediques a esto servirá para asimilar mejor lo que habías estudiado antes.

Por otro lado, te servirá para autoevaluarte, detectar puntos que creías aprendidos pero que en momentos clave te dan problemas, y te ofrecen una imagen bastante fiel de tus progresos.

 

Fuente textual: Arturo Torres – Psicólogo. Master Of The Sky

Debido a la pandemia por COVID-19, desde hace año y medio la vida estudiantil dio un giro de 180° grados. Las clases online se convirtieron en la mejor solución para continuar con la formación académica de miles de estudiantes de todo el mundo. Sin embargo, sabemos que es difícil adaptarse a este nuevo sistema educativo al que muy pocos estaban acostumbrados por eso te traemos algunos tips para tomar clases en línea y no pierdas en el intento.

 

A continuación te compartimos algunos tips para que aproveches al máximo tus clases online en tiempo real:

 

Busca el lugar ideal

Y no, no estamos hablando de tomar las clases en línea desde la comodidad de tu cama. Busca un lugar cómodo e iluminado en el cual puedas concentrarte y tomar tu clase. La mejor idea es designar un área, sea desde un escritorio hasta una habitación, para que se convierta en tu área productiva.

Mantén esta zona con sólo lo esencial para evitar distracciones y mandar la señal correcta a tu cerebro cada que estés ahí: “¡hora de poner atención!”

Buena conexión a internet

Para que no surja ningún tipo de complicación este es uno de los tips para tomar clases en línea más importantes, ya que es imprescindible contar con una buena conexión Wi-Fi. Antes de comenzar, asegúrate que el router, los cables y conectores funcionen de forma correcta. En el caso de que no puedas navegar en internet, es recomendable conectarte con un cable ethernet, reiniciar el router o, si todo falla, reportarlo al servicio técnico.

En caso de tener que compartir señal con muchas personas, la organización será fundamental: procuren armar un horario para que no se sature la red durante tus clases. El apoyo de tu familia y/o amigos puede hacer toda la diferencia.

 

Dile adiós a las distracciones

Muchos estudiantes dicen ser buenos en llevar a cabo más de una actividad a la vez. Sin embargo, para las clases en línea, ser multitask no aplica. Desde el momento en el que empiece tu clase online es mejor que pongas atención y le digas adiós a tu celular, aunque sea por un rato.

De igual manera, ten cuidado con distracciones como:

- Navegar en redes sociales

- Estar con familia o amigos en horarios de clases

- Escuchar música que te desconcentre

- Tomar clase desde el celular en sitios públicos como plazas o parques

 

Participa durante la clase online

La nueva modalidad en línea cuenta con grandes ventajas y algunas desventajas. Una de ellas, aparentemente, es la disminución de la participación activa de los estudiantes en las clases virtuales. Sin embargo, el utilizar herramientas tecnológicas para las clases le permite a los profesores interactuar y motivar a sus alumnos para que las clases se vuelvan más dinámicas y menos tediosas ¡Anímate a participar!

 

¡No tengas miedo de activar tu cámara!

Ya sea por pena o incomodidad, a algunos estudiantes les cuesta trabajo mantener su cámara prendida durante la clase en línea. Sin embargo, tomar clases con cámaras encendidas es recomendable en muchos aspectos:

- Te motiva a seguir una rutina en la que puedas levantarte temprano y arreglarte para tu clase. El simple hecho de cambiarte de ropa y prestar atención a tu aspecto puede hacer toda la diferencia en tu ánimo del día

- Tener el estímulo visual de las cámaras vuelve las clases más interesantes y te ayuda a permanecer concentrado en lo que está pasando en tu aula virtual

De igual manera, saber que estás siendo visto, sirve como motivación para no distraerte con el celular y prestar atención

 

¿Tienes otros tips para tomar clases en línea que te hayan servido durante las clases online?

Compártelos con nosotros en los comentarios y ayudemos a que este cambio sea más fácil para todos.

Es muy común que los estudiantes se queden despiertos hasta altas horas de la noche para terminar un trabajo práctico, para preparar un examen o simplemente para llevar al día sus materias. Pero a veces ocurre que los horarios se invierten, el día se convierte en noche y la noche en día. Esto, sumado a la ansiedad y el estrés que producen las instancias límite de aprobación, puede ocasionar que cuando uno quiera dormir, no pueda.

 

El insomnio afecta a mucha gente en el mundo, no sólo a los estudiantes. Pero es en ellos donde las principales causas son el estrés, el cambio de horarios y el consumo de bebidas estimulantes antes de dormir, además por supuesto del confinamiento social debido al Covid-19

 

Te dejamos algunas sugerencias para ganarle al insomnio:

 

- Evitar las bebidas estimulantes.

El café y cualquier otra bebida que contenga cafeína, como los energizantes, estimulan el sistema nervioso por horas. Evita su consumo al menos tres horas antes de ir a dormir.

 

- Cenar horas antes de ir a dormir.

Para que el cuerpo pueda hacer la digestión lo mejor es que la última comida del día se tome un par de horas antes de ir a dormir.

 

- Hacer actividad física.

Éste es el mejor consejo que se puede seguir. Con tan solo caminar un poco todos los días, las piernas se sentirán tan pesadas a la noche que lo único que va a querer hacer el cuerpo será dormir. De igual forma, nunca hay que hacer actividad física antes de dormir.

 

- Evitar la siesta.

Porque en ese caso, lo que no se duerme de noche, se termina durmiendo en la tarde. Si se toma una siesta, lo mejor es que sea lo más corta posible (no más de 30 minutos).

 

- Cortar el ciclo de horario invertido.

Si el horario de sueño que se lleva es de 5:00 AM a 1:00 PM, lo mejor va a ser interrumpir ese ciclo. Así que la próxima vez conviene acostarse a la misma hora pero levantarte a las 9:00 AM. Sí, se sentirá cansancio y se tendrá sueño, pero esa misma noche el sueño será profundo.

 

- Rutina de horarios.

Hay que intentar, por más difícil que sea, mantener una rutina de horarios que incluya la mañana. Lo ideal es cortar el estudio en la noche, a determinada hora sin importar en qué parte de nuestras tareas nos hayamos quedado.

 

Esperamos que estas sugerencias te sirvan y los pongas a la práctica si eres de las personas que sufre constantemente de insomio, buenas noches =)

Mientras algunos sostienen que es una fuente de concentración, otros ven la música como un distractor.

 

La música tiene beneficios muy importantes para el cerebro. Un estudio publicado en el Journal of Neuroscience señala que aprender a tocar un instrumento en la infancia mejora el rendimiento cognitivo en diversos los aspectos. También se ha demostrado que compensa la pérdida cognitiva propia del envejecimiento. Pero no solo hacer música es muy beneficioso, sino también escucharla para realizar diferentes actividades.

 

Otras investigaciones recientes demostraron que escuchar música mejora el bienestar mental y aumenta la salud física. La música genera en nuestro cerebro miles de conexiones neuronales, que despiertan no solo nuestro intelecto, sino también nuestras emociones. Hay quienes creen que escuchar música mientras se trabaja o estudia es un hábito negativo, porque puede convertirse en un factor de distracción, pero hay otros que consideran que tiene grandes beneficios en relación a la concentración y en rendimiento.

 

A continuación, te mostramos las dos visiones del asunto:

 

Ventajas de estudiar con música

El estudiar con música de fondo proporciona beneficios. Estudios comprueban que la música estimula zonas del lóbulo pre-frontal que están relacionadas con la atención, la concentración y la satisfacción. Cuando se estudia con música, uno se concentra más, siente que la información fluye más rápido y que los problemas se resuelven con mayor facilidad.

  • Al escuchar música se activa la zona del lóbulo frontal, que se encarga de mejorar tu capacidad de concentración.
  • Se estimulan las zonas del lóbulo temporal, cuya misión es elevar tu habilidad matemática y de lenguaje.
  • Te ayuda a combatir el estrés pre exámenes, lo que favorece la relajación y la retención de información.
  • La música clásica facilita el dominio de un nuevo idioma.
  • La música promueve que tu cerebro se mantenga en alerta y controles el sueño.

Desventajas de estudiar con música

Normalmente, el ritmo de la canción y los latidos del corazón se sincronizan, por eso si la canción es rápida no va a ser fácil relajarse y estudiar se vuelve más difícil. Las canciones en tonalidades mayores expresan más alegría, mientras que las canciones en tonalidades menores expresan tristeza. Si se escucha una canción con letra, es probable que las personas se concentren más en ella que en lo que están estudiando.

  • Te conviertes en una persona multitasking, perdiendo concentración, ya que el cerebro entra en conflicto. En este sentido, escuchar música mientras se estudia resulta perjudicial porque el cerebro debe desdoblarse en dos acciones.
  • La música no deja de ser un ruido y todo ruido lo que provoca es una alteración en el cerebro que puede afectar tu productividad.
  • La mayoría de las personas que escuchan música lo hacen a través de dispositivos electrónicos tales como reproductores, dispositivos móviles, etc. Al tener tanta información musical en nuestro dispositivo, perdemos una gran cantidad de tiempo seleccionando aquellas canciones que nos gustan.
  • Comienzas a tararear la canción y te desconcentras.
  • A la hora de estudiar, utilizamos la memoria que se fundamenta principalmente en tres pilares: lectura, atención y fijación. Si estudiamos escuchando música, nuestro estudio se vuelve mucho más superficial.

Si estás a favor de escuchar música mientras estudiás pero no sabés cuál, te dejamos algunas recomendaciones.

Consejo 1: Tranquila y armoniosa, la música clásica es una de las mejores opciones de música para estudiar.

Consejo 2: La música de Mozart mejora el rendimiento mental. Lo llaman el “Efecto Mozart”.

Consejo 3: Escucha música ambiental. Es más moderna que la clásica y el efecto es similar.

Consejo 4: Pon sonidos de la naturaleza o de animales. No es exactamente música pero es relajante y sentirás que estás en otro mundo.

Consejo 5: Escucha la música con un volumen moderado tirando a bajo. El protagonista aquí es el estudio.

Consejo 6: Crea una lista de reproducción con todos tus temas favoritos por adelantado para no tener que buscar canciones nuevas cada 5 minutos.

Consejo 7: No escuches música en la radio. La interlocución de los presentadores y los anuncios te distraerán.

 

Fuente: Universia

Hoy empieza un nuevo curso escolar, una nueva etapa que puedes afrontar con motivación y ganas de aprender para aprovecharla al máximo, tanto desde el punto de vista académico como desde el personal.

A continuación, te ofrecemos algunos 5 consejos que te ayudarán a empezar el curso:

 

1. Fíjate unos objetivos.

Mejorar tus notas, compaginar tus estudios con otras aficiones o con un trabajo, realizar una estancia de estudios, son objetivos que pueden guiar tu aprendizaje. Ten claro lo que quieres conseguir a lo largo del curso y sé flexible para adaptarte a las diferentes situaciones que puedan surgir.

 

2. Organízate.

Cada curso escolar requiere una organización inicial. Crea tu plan de estudio teniendo en cuenta las actividades extraescolares que realizas y el tiempo que necesitas dedicar a las diferentes asignaturas. Conviene que vayas revisando y actualizando tu planificación a lo largo del curso, puesto que pueden presentarse retos que no habías previsto al inicio del camino.

 

3. Intenta ajustarte a la planificación.

Conviene que elijas algún recurso que te permita verificar que cumples tu plan de estudios. Actualmente existen aplicaciones gratuitas como Google Calendar o Agenda Escolar con las que puedes realizar el seguimiento de la programación desde tu smartphone. Si lo prefieres, también puedes utilizar la tradicional agenda en papel para organizar tus tareas.

 

4. Prioriza.

Es posible que necesites compaginar tus estudios con otras actividades, como música, danza, la práctica deportiva como deportista de élite o un empleo. Teniendo en cuenta los objetivos académicos que te hayas marcado, decide qué actividad tendrá prioridad en cada momento para calendarizarlas correctamente.

 

5. Pide ayuda si lo necesitas.

Si detectas que alguna asignatura se te resiste o que no estás alcanzando los objetivos que te habías fijado, no dudes en solicitar apoyo. Puedes pedir ayuda a tus compañeros y compañeras, al profesorado o a tu familia. También puedes recurrir a clases de refuerzo.

 

Independientemente si decidiste regresar a clases de manera presencial o mantenerte en línea, esperamos que estos 5 consejos te sirvan para este regreso a clases, en Club Preparatoriano te deseamos mucho éxito.

¿La sola idea de dar un discurso frente a una audiencia te produce nervios? ¿Sabías que hablar en público es uno de los miedos más comunes? No tiene por qué ser así.

En esta oportunidad, te compartimos algunas estrategias y consejos para liberarte del pánico y expresar tus ideas con eficacia y tranquilidad:

 

1. Concientizate de que el nerviosismo es normal

Todos sentimos algunas reacciones fisiológicas como latidos rápidos del corazón, y manos temblorosas cuando estamos expuestos a algo que nos genera ansiedad, pero eso no es malo, algunos nervios están bien. No asocies esos sentimientos con la sensación de que vas a hacer el ridículo, porque la adrenalina que te hace sudar es la también hace que estés más alerta y listo para dar tu mejor rendimiento.

Lo que debes hacer es aprender a controlar la ansiedad y las reacciones que te genera. La mejor manera de hacerlo es prepararse y practicar.

 

2. Conoce bien tu material

Improvisar no es una buena idea. Aunque seguir la corriente y ser espontáneo es recomendable, confiar en que tu presentación será buena sin una pizca de preparación es algo que ni siquiera los mejores oradores harían. Investiga y conoce profundamente el tema , qué dirás y cómo vas a decirlo. Saber de lo que vas a hablar es una de las mejores formas de aplacar los nervios.

 

3. Conoce a tu audiencia

Es tan importante comprender a tu audiencia tanto como entender el tema que expondrás frente a ellos. Esto quiere decir que necesitas saber el nivel de conocimiento que ellos tienen y adaptar tu presentación en consecuencia. Incluso si debes exponer el mismo tema frente a dos o más grupos diferentes, es recomendable que la adaptes para cada uno.

 

4. Practica, practica y practica otra vez

Una vez que tu presentación esté armada, revísala; luego, revísala de nuevo. Practica tu discurso frente a un espejo y luego practica frente a un familiar o amigo. Cada vez que repitas tu presentación te sentirás más cómodo y la idea de llevarla a cabo frente a una audiencia será menos intimidante.

 

5. Trabaja en tu respiración y relájate

Cuando te concentres en tu respiración, tu voz tendrá más resonancia y te relajarás. Respira con calma y concéntrate en mantener un ritmo. Aunque este es un ejercicio para hablar en público, el trabajo de respiración ayudará a reducir el estrés y mejorará la claridad en todas las áreas de tu vida.

Recuerda que los seres humanos solemos ser los peores críticos de nosotros mismos. Si te olvidas de una frase de tus apuntes o si te salteas una diapositiva sin querer, no es el fin del mundo. Es solo una presentación.

 

6. No esperes al último momento

Un tiempo prudente antes de tu exposición, revisa que el micrófono funcione correctamente, que el proyector, televisor o pantalla muestre bien la presentación y que las demás herramientas o complementos que vayas a usar estén listas. ¡Todo esto debe estar preparado de antemano! En caso de que algo falle, sonríe y trata de mantener la compostura mientras tú mismo u otros se encargan del problema. Lo más importante es que reacciones con calma y no dejes que los nervios te dominen.

 

7. Emplea los recursos visuales como apoyo

Contar con una buena presentación de PowerPoint e incluso proporcionar material a la audiencia te quitará un poco de presión, ya que los ojos del público no estarán siempre posados en ti y tendrás algo en qué basarte si te quedas en blanco.

Recuerda, sin embargo, que las diapositivas no deben tener mucho texto, ya que en ese caso nadie escuchará lo que dices. Si toda la presentación te la pasas leyendo directamente de un papel o de las diapositivas, mostrarás falta de confianza y conocimiento en lo que dices. Es recomendable que solo uses los recursos visuales como un apoyo extra.

 

8. Llama la atención al iniciar y cierra con un final dinámico

¿Te gusta escuchar un discurso que comienza con “Hoy te voy a hablar de X”? La mayoría de la gente no lo hace. En su lugar, utiliza una estadística sorprendente, una anécdota interesante o una cita concisa. Concluye tu discurso con un resumen y una declaración contundente que tu audiencia seguramente recordará.

Además, se tú mismo, no te conviertas en una cabeza parlante, en ningún tipo de comunicación. Establecerán una mayor credibilidad si tu personalidad brilla y tu audiencia confiará en lo que tienes que decir si pueden verte como una persona real.

 

9. Háblale a una persona a la vez

Uno de los aspectos de dar discursos que más terror pueden generar es el público. Quizás la sola idea de pararte frente a muchas personas expectantes, esperando escuchar tus palabras, pueda hacerte sentir escalofríos. La mejor manera de superar este miedo es hablarle a una persona a la vez.

Elige tres personas del público y alterna tu mirada entre ellos, como si estuvieran teniendo una conversación en un café, y míralos a los ojos. Lo más importante: no te quedes mirando al piso, al techo ni a tus apuntes, esto demostrará que no estás lo suficientemente preparado ni tienes confianza en lo que dices.

 

10. Habla claro y haz pausas

Hablar a una velocidad excesivamente rápida es uno de los delatores más indiscretos del nerviosismo. Por más que tu discurso sea brillante, si nadie puede entenderte este tiene el mismo valor que si dictaras tu lista de compras. Intenta hablar de forma pausada y clara, incluso un poco más lenta de lo normal.

 

11. Sé breve

Lamentablemente, existen muchos oradores que alargan su presentación hasta lo impensable con discursos de nunca acabar, sin importarles aburrir mortalmente a la audiencia ni respetar su tiempo. No seas uno de ellos. Ten claro qué es lo que se espera de tu presentación y respétalo, ni más ni menos.

 

12. Incorpora tu opinión personal

Cualquiera puede copiar y pegar un tema y repetirlo mecánicamente frente a una audiencia. Lo que hará la diferencia en tu presentación es lo que tú le puedas aportar desde tu experiencia y conocimientos personales. Al momento de dar tu discurso, intenta incluir, ocasionalmente, algunos pensamientos y opiniones propias. Aunque estas deben ser previamente planificadas y preparadas, trata de que luzcan espontáneas. Brindar un poco de ti a la presentación hará que se sienta más interesante a los ojos del público.

 

13. Cuida tu apariencia

Por más que lo más importante es lo que digas y cómo lo digas, tu apariencia personal no deja de ser un elemento a tener en cuenta a la hora de dar una presentación eficaz. Cuanto más prolijo y profesional sea tu aspecto, más confianza sentirás frente a la audiencia. Asegúrate de lucir lo mejor que puedas.

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