Esta semana les compartimos algunos 10 tips que pueden ayudarte a sacar buenas notas.

 

1. Corta el tiempo de estudio en trocitos

Investigaciones sobre los procesos atencionales y el rendimiento de estudio muestran que es mejor controlar los ratos que le dedicamos al estudio poniendo un límite de tiempo más bien bajo para cada sesión.

Lo ideal es hacer que los ratos de estudio no superen los 30 minutos, ya que mostramos bastante más facilidad para asimilar información que nos llega en ráfagas cortas y repetidas que en una sola que sea larga y tediosa. De lo que se trata es de mantener el cerebro al 100% en cada momento (por cierto, mantener el sueño a raya es sagrado, y para eso nada como dormir bien).

 

2. Crea una rutina de estudio

Proponerse un horario de estudio y seguirlo no sirve sólo para ofrecer una imagen de madurez y pulcritud, ya que tiene efectos notables sobre el rendimiento de estudio. Abordar el aprendizaje de manera desorganizada es una manera de terminar estudiando a altas horas de la noche, cuando el sueño y el cansancio hacen mella en nuestra capacidad de concentrarnos.

Además, acostumbrarnos a un horario hará más fácil que no nos saltemos los ratos de estudio y nos permitirá dedicarles el tiempo que se merecen. En ese sentido, el mismo que funciona para los ejercicios de gimnasio funciona también para memorizar y asimilar información. ¡No lo dejes todo para mañana!

 

3. Crea notas-resumen en hojas individuales

No confíes demasiado en la técnica de subrayar textos. El hecho de subrayar no ayuda a memorizar el texto si no se repasa varias veces, y de todos modos ceñirse a la memorización de las frases que tienen una línea debajo nos mantiene anclados a la manera en la que la información queda distribuida en el texto original. En cambio, hacer esquemas y pequeños resúmenes en trozos de papel nos obliga a reformular la información que hemos leído y, además, hace más fácil crear combinaciones de notas que son distintas a las del texto pero que nos ayudan a entender mejor lo que leemos, ya que podemos juntar o separar los trozos de papel del modo que queramos para asimilar la información en el orden deseado.

 

4. Mantén alejadas las distracciones

Puede parecer evidente, pero nunca está de más recordarlo porque estas distracciones pueden adoptar las formas más insospechadas y es bueno identificarlas. En tu lista negra deben estar Facebook, el teléfono móvil y la televisión, pero puedes incluir otros elementos propios de tu día a día y hacer lo posible por aislarte de todos ellos durante los ratos de estudio (recuerda que son cortos, así que... ¡no es mucho pedir!). Hacer esto antes de ponerte a estudiar te ayudará a no caer en la tentación una vez hayas empezado.

 

5. Prepara tu material de estudio antes que nada

Tener preparado todo lo que necesitas hará que no te levantes para ir a buscar cosas y, por lo tanto te distraigas. Además, asociar este conjunto de objetos al estudio hará que, cada vez que lo veas, entres en la dinámica de estudiar con facilidad... ¡aunque no sabrás explicar exactamente por qué te ocurre! Por tanto, préstale atención a la organización de los libros y herramientas que necesites antes de sentarte a hincar los codos. Si lo tienes todo perfectamente organizado, será más fácil que logres tener todos los recursos a mano y puedas ser más eficiente durante tus horas de estudio.

 

6. Proponte (al menos) una unidad de estudio para cada sesión

Fija un tema a estudiar y estúdialo. Organizar información relacionada entre sí por el hecho de permanecer a un tema o categoría de cualquier clase es mucho más fácil que estudiar piezas de información dispersas y desordenadas. Para eso es bueno que leas la lección una vez para crear un mapa mental de la localización de los temas en el texto y luego te focalices en cada uno de ellos.

 

7. Huye de la memorización literal

Haz tuya la información que contienen los textos. Relaciónala con episodios de tu vida, reformúlala con tus propias palabras y usa ejemplos que conoces. De esa forma lograrás alcanzar el aprendizaje significativo que necesitas, bastante más resistente al paso del tiempo que el que se basa en la memorización de datos a los que no se les encuentra demasiado sentido.

 

8. Huye de la memorización lineal

Piensa, sobre todo, en similitudes y diferencias entre conceptos, piezas de información que en los textos que te has estudiado no aparecen muy conectados pero que podrían estarlo en ciertas preguntas de examen, por ejemplo.

 

9. Practica constantemente

Si tienes la posibilidad, evalúate con exámenes o cuestionarios acerca del tema que estudias. Esto puede parecer una pérdida de tiempo si crees que el tiempo bien invertido sólo puede ser dedicado a "empaparse" de la información a estudiar, pero no lo es en absoluto, ya que te ayudará a detectar fallos y además te servirá para medir tu progreso y, por lo tanto, a mantener alta la motivación, lo cual también repercutirá positivamente en tu rendimiento.

 

10. Explícale la lección a otra persona

Esto es literal. El hecho de explicar en tus propias palabras lo que has aprendido es posiblemente el consejo para estudiar más valioso, ya que te aportará dos grandes beneficios. Por un lado, reformular la lección es una manera de repasar mentalmente lo que has estudiado, por lo que el tiempo que le dediques a esto servirá para asimilar mejor lo que habías estudiado antes. Por otro lado, te servirá para autoevaluarte, detectar puntos que creías aprendidos pero que en momentos clave te dan problemas, y te ofrecen una imagen bastante fiel de tus progresos.

 

Esperamos estos 10 tips les sean de utilidad, nos leemos en la próxima.

 

 

Al igual que la mayoría de actividades o acciones que realizamos las personas, la motivación es el motor que hace que estas actividades se lleven a cabo de manera satisfactoria. Esta motivación puede ser tanto intrínseca, cuando hacemos algo por el mero placer de hacerlo; o extrínseca, cuando lo que nos motiva es la consecución de una recompensa externa.

Asimismo, la motivación también puede verse afectada por nuestro estado de ánimo. En algunas ocasiones las diferentes situaciones por las que pasamos en nuestro día a día condicionan nuestro estado de ánimo y por lo tanto esto afecta también a nuestra motivación para realizar determinadas tareas, incluyendo los hábitos de estudio.

 

Esta semana les compartimos 12 consejos para motivarte a estudiar, siguiendo estos pequeños pasos, poco a poco se convertirán en costumbres y tu rendimiento académico mejorará notablemente.

 

1. Planificar la sesión de estudio

Es esencial comenzar por planificar tu sesión de estudio. Elegir qué materia o materias vas a estudiar e intentar ponerte un tiempo límite para hacerlo. Una buena idea es realizar un listado con las tareas a realizar durante la sesión y ordenarlas según su prioridad. Conforme vayas adelantando en las tareas te sentirás más motivado y realizado.

 

2. Establecer metas pequeñas

El establecimientos de pequeñas metas u objetivos en aquellos momentos en los que el material de estudio o trabajo sea de gran volumen, nos ayudará a sentirnos realizados y por lo tanto a mantener nuestra motivación alta.

 

3. Hacer primero lo más difícil

Durante los primeros momentos de estudio es cuando tenemos más energía. Esta energía se irá consumiendo poco a poco conforme pasen las horas, por lo tanto es mucho más eficaz realizar aquellas actividades o estudiar aquellas materias que nos resulten más difíciles en estos momentos.

De lo contrario, si lo dejamos para el final es muy probable que no nos queden apenas fuerzas y percibamos esta tareas como mucho más complicada de lo que es.

 

4. Evitar las distracciones

Teléfono móvil, redes sociales, internet, televisión, etc. Todo esto son agentes distractores ¡que nos desvían de nuestra tarea y hacen que nuestra mente se disperse, haciendo mucho más difícil volver a concentrarnos en nuestra tarea.

Todas estas distracciones solamente consiguen hacernos perder mucho tiempo, ser menos eficaces y por lo tanto favorecen que desarrollemos un sentimiento de incompetencia y desmotivación.

 

5. Descansar de vez en cuando

Es muy recomendable tomarse cierto tiempo de descanso antes de que la fatiga se apodere de nosotros. Si dejamos nuestra tarea cuando ya no podemos más nos será muy difícil retomarla y, seguramente, lo haremos desmotivados.

Lo ideal es tomar pequeños descansos de 10-15 minutos cuando notemos el más mínimo síntoma de cansancio. De esta forma, estaremos mucho más despejados y con más energía para volver a sentarnos a trabajar.

 

6. Premiarse

Una vez acabada la sesión de trabajo o de estudio prémiate con pequeñas recompensas. Si crees que los has hecho bien o que el trabajo ha sido productivo permítete alguna recompensa que te motive.

 

Para poder hacerlo de manera eficaz puedes seguir los siguientes pasos:

- Ponte una meta y establece la recompensa de antemano. Así estarás motivado para conseguirla.

- Para que la recompensa sea efectiva, ha de ser proporcionada al esfuerzo o dificultad de la tarea.

- Si crees que no has rendido lo suficiente no te premies, sino no tendrá ningún efecto cuando lo hagas.

 

Las auto-afirmaciones también son pequeñas recompensas que podemos ir dándonos mientras estamos trabajando.

 

7. Encontrar el contexto de estudio ideal

Cada persona rinde mejor en un contexto y horario determinado. Por lo tanto es necesario saber cuál es nuestro horario y entorno ideal para estudiar.

Por ejemplo, podemos estudiar con música si esta es apropiada, estudiar en un lugar dónde haya más gente como una biblioteca, o por en contrario estar totalmente solos y en silencio.

 

De la misma manera, es posible que durante las primeras horas de la mañana nos encontremos más despejados para trabajar bien o, por el contrario, la tarde sea nuestro momento ideal para concentrarnos mejor.

 

8. Utilizar las bibliotecas

A pesar de que, como se comenta anteriormente, cada persona tiene un lugar de estudio ideal. Las bibliotecas nos proporcionan un espacio tranquilo y sin las distracciones que podamos tener en casa.

 

Además, si vas acompañado puedes establecer metas conjuntas y descansar junto con otra persona, cosa que siempre hacen más llevaderas las largas sesiones de estudio.

 

9. Adecuar tu espacio de trabajo

Asegúrate de que todo funcione correctamente y de que tienes todo lo necesario para estudiar o realizar las tareas que tengas pendientes. De lo contrario perderás mucho tiempo buscando cosas y esto puede llegar a frustrarte mucho cuando veas que no puedes adelantar el trabajo.

Asimismo, un espacio de trabajo ordenado y limpio no hará sentirnos más cómodos y a gusto.

 

10. Pensar en las metas a largo plazo

Reflexiona acerca de que lo que te ha llevado a realizar dichos estudios o actividades, así como qué puedes conseguir una vez los termines. Todo esto potenciará tu motivación y te ayudará a encontrar una razón para continuar.

Una buena opción es dejarlo reflejado en algún lugar, un papel o una pizarra que te sirvan de motivación y puedan ayudarte a recordar para qué estás haciendo este esfuerzo.

 

11. No procrastinar

La procrastinación es el "arte" de dejar aquello que no nos apetece hacer para otro momento, sustituyéndolo por algo más ligero y que nos apetezca más. Aunque esto suene bien, la realidad es que siempre acabarás postergándolo, así que lo mejor es proponerse hacer y realizarlo cuando aún tengamos energía.

 

12. Asumir cierto nivel de estrés

Experimentar un mínimo nivel de estrés no es perjudicial, por el contrario este nos ayuda a mantenernos activos y atentos a lo que estemos haciendo.

No obstante, no podemos dejar que este nos embargue. A pesar de que un poco de estrés es bueno para nuestro rendimiento, mucho puede hacer que nos saturemos y que la ansiedad que lo acompaña nos impida concentrarnos y realizar bien nuestro trabajo.

 

Esperamos te sirvan estos 12 consejos y los puedas poner en práctica, nos leemos en la próxima.

 

Fuente: Psicología y mente

Con la situación actual que se vive a nivel mundial, la educación en casa se ha convertido en una nueva normalidad que ha afectado a la gran mayoría, todos los niveles académicos han migrado a aulas virtuales y esto ha cambiado la dinámica de estudio pues los espacios de la casa cómo la sala o el comedor se han convertido en los nuevos lugares de estudio, esto no es lo más conveniente.

En otros casos se contaba previamente con un escritorio o una mesa para estudiar en la habitación de los niños o universitarios pero al cambiar la dinámica de solo unas horas para completar tareas a estar la mayor parte del en la misma zona, las necesidades han cambiado, ahora no solo es necesario un espacio, también hay que considerar factores como la iluminación y la organización.

 

Es importante que haya un espacio designado únicamente para el estudio, así ayudas programando tu cerebro a que solo se concentre en una cosa al estar en esa área, si mezclas espacios como la recámara o la sala con el lugar de estudio se mandan mensajes cruzados lo que hace más difícil la hora de estudiar.

 

Al elegir el lugar ideal toma en cuenta los siguientes factores:

  • Estar alejado lo más posible del ruido
  • Tener buena conexión a internet
  • Evitar distracciones como ventanas frente al escritorio o televisores

La mejor luz a la hora de estudiar es la luz natural. Si obtener este tipo de iluminación no es posible se puede optar por una alternativa como una lámpara artificial que pueda graduarse en altura e intensidad.

La iluminación adecuada ayuda a mantenerse enfocado y es importante proteger los ojos tras pasar tantas horas expuestos a la luz azul, la mejor opción es una fuente de luz artificial que simule la calidez de la luz natural para poder mantenerla estable sin importar los cambios de luz por la hora, el clima o las estaciones del año.

 

Los escritorios son la mejor opción porque cuentan con varios espacios de organización. Hay una amplia variedad de estilos y materiales para que no interfiera con la decoración del espacio en el que se instale. A la hora de elegir escritorio hay que tener varios factores en mente como el nivel escolar que se cursa y lo que esto puede significar, desde escritorios con mucho espacio de almacenamiento para papeles hasta escritorios minimalistas en los que solamente se tiene espacio para una computadora, es algo que se tiene que considerar. 

Aunque la elección de escritorio es muy importante lo más importante es la silla de trabajo, esta elección igual depende de la edad del estudiante pues para estudiantes lo más recomendable es una silla ergonómica en la que puedan pasar largas horas de estudio cómodamente.

 

A la hora de migrar los estudios completamente a la casa el material de estudio se multiplica entre cuadernos, trabajos manuales, material de papelería y lo que normalmente viviría en las mochilas como lápices de colores y plumas. Todo este material no puede estar repartido por toda la casa porque genera confusión para todos, tanto para los padres como para el mismo estudiante. Un consejo para evitar este problema es dedicar una repisa o cajones con divisiones para mantener todo en orden.

 

Igualmente es importante contar con organizadores que ayuden a clasificar el material de estudio, ya sea que se divida por materia, semestre o hasta para poder dividir los materiales en caso de haber más de un estudiante en casa.

El éxito escolar tiene varios factores y uno importante es la motivación del estudiante, es probable que con la situación actual se pierda un poco de esta motivación, afectando el desempeño escolar, una manera de ayudar a la organización mientras se impulsa la motivación es con tableros de corcho, pizarras y notasadhesivas en las que se tenga visualmente frases motivacionales y áreas con las tareas pendientes o los horarios de clase.

Si es posible dedicar una habitación específicamente para un estudio la elección de color es muy importante, hay que evitar colores brillantes y optar por tonos azules o verdes pastel para ayudar a la concentración. Los colores naranja o amarillo ayudan a la motivación y productividad, pero hay que mantenerse alejado de figuras o patrones por que pueden afectar a la concentración. Puedes incorporar estos colores con la decoración o las cortinas.

 

Nos leemos en la próxima.

Uno de los pilares fundamentales del estudio son los apuntes que tomas en clase, que te servirán para posteriormente crear tu material de estudio (apuntes, esquemas, resúmenes, etc.). Es por ello que es tan importante tomar unos buenos apuntes durante las clases. Ahora, te preguntarás ¿cómo deberías tomar apuntes en clase?  Esta semana te compartimos algunos consejos que te ayudarán.

Al tomar apuntes debes usar un lenguaje sencillo.

No intentes utilizar un lenguaje demasiado culto que más adelante tendrás descifrar. Utiliza un lenguaje coloquial en tus notas: conseguirás que te sea más sencillo escribir y entender la información.

No ocupes toda la hoja.

Intenta dejar algún hueco en los lados del papel para poder añadir datos y complementar la información. Ten en cuenta que, durante la clase, el profesor suele hacer referencia a información que ya se ha visto para afianzar conceptos. Si no dejas un lugar para complementar los datos, tus apuntes estarán más desordenados y te costará más entender tus anotaciones.

Utiliza encabezados.

En la parte superior de la hoja pon siempre el nombre de la asignatura, la fecha en la que se impartió la clase, número de página, etc. Todos estos datos te ayudarán a ponerte en situación de un solo vistazo. Aunque al principio te parezca evidente, cuando hayan pasado tres meses de clases agradecerás que estos encabezados te ayuden a ubicarte.

Introduce ejemplos en tus apuntes.

Si durante la clase el profesor pone algún ejemplo, utilízalo. Puede que en ese momento te resulten evidentes, pero suelen ayudar a la hora de comprender la información y, pasado un tiempo, seguro que los agradecerás. Piensa que a veces es más sencillo recordar de forma inversa y, desde un ejemplo, entender el concepto principal.

No dejes de escribir nunca.

Es probable que en ocasiones pierdas el hilo durante la clase. Es normal, pero eso no significa que debes dejar de tomar apuntes. Continúa anotando y deja un hueco para añadir, a posteriori, la información que falta.

Resalta y destaca.

Utiliza diferentes colores, enmarca palabras o frases, subraya enunciados y palabras clave…Ayúdate de fluorescentes, dibujos o diferentes tipos de letra para jerarquizar el tipo de información.

En clase olvídate de la vergüenza.

Levanta la mano, pregunta al profesor, a tu compañero. Dedica un par de minutos a resolver tus dudas al finalizar la clase. Esto te ayudará a aclarar cualquier concepto que no hayas comprendido bien y te será útil para completar y mejorar tus apuntes.

Practica la escucha activa.

Para poder tomar apuntes debes intentar captar el máximo de la información que se expone en clase. Ten esto en cuenta, porque mantener la atención y realizar una escucha activa será determinante para conseguir unos buenos apuntes de clase.

Presta atención a las expresiones introductorias.

Durante el transcurso de la clase es probable que tu profesor repita varias veces expresiones del tipo: lo importante es…, en resumen…, concluyendo…, etc. Este tipo de frases suelen preceder a ideas de gran relevancia.

Observa el tono utilizado por el profesor.

Una de las cosas que deberás tener muy en cuenta es el tono y el volumen que emplea el profesor durante su explicación. Casi todos los ponentes modulan el tono de su exposición para enfatizar los aspectos más importantes del discurso.

Bueno ahora que ya tienes la información, , toma nota y ponla en práctica, esperamos te sean de utilidad estos consejos. Nos leemos en la próxima.

Al consultar cualquier texto especializado o la opinión de las mentes científicas más brillantes, su respuesta es inequívoca: esta ciencia sirve para entender el mundo.

A continuación exponemos algunas situaciones cotidianas tras las cuales se esconden las temidas matemáticas:

 

Para ir al trabajo, salir con la familia u organizar una escapada de fin de semana hacemos estimaciones de tiempo y espacio. Miramos horarios de transporte y calculamos trayectos y distancias en los mapas. Bueno, los GPS han relegado a los mapas, pero también se sirven de las matemáticas. Igual que los hombres del tiempo para darnos las previsiones meteorológicas que seguimos con atención cuando tenemos planes al aire libre.

 

Al distribuir el sueldo para cubrir los gastos del mes y ver si nos llega para darnos ese capricho que nos hace tanta ilusión.

Cuando preparamos aquella receta de cocina tan exótica para los amigos y tenemos que pesar todos los ingredientes y calcular proporciones porque somos diez y no dos ni cuatro, que son las medidas estándar.

 

Si te gusta viajar y te mueves por países con una moneda distinta a la tuya, te toca calcular los cambios y equivalencias entre divisas, las comisiones de los cajeros automáticos y bancos, etc.

 

¿Eres un freak de los videojuegos o un cinéfilo empedernido? Dale las gracias a las matemáticas, porque sin ellas tendrías que olvidarte de las películas y los videojuegos en 3D.

 

En el terreno de las nuevas tecnologías, nuestros móviles de última generación, Internet y las búsquedas con el todopoderoso Google son posibles gracias a lenguajes de programación y algoritmos. Si además tienes un blog personal o una página web, más te vale tener nociones matemáticas si quieres optimizarlo más allá y comprender las métricas de tu sitio.

 

Para terminar, es más que conocido que la música tiene una conexión con las matemáticas, incluso existe un sistema de composición musical basado en la geometría, pero ¿sabías que la mayoría de los deportes contienen también muchos elementos matemáticos?

 

En sus reglas, estrategias, movimientos, resultados y clasificaciones. El fútbol, sin ir más lejos, utiliza estadísticas para dividir el terreno de juego. Y aunque no seas de los que les gusta sudar, quizás sí que sigues los distintos campeonatos y haces tus quinielas de vez en cuando. La estadística es fundamental para intentar acertar en cualquier juego de azar, igual que para saber si te admitirán en la universidad o en ese curso que hace tiempo que quieres hacer.

 

Ya ves, las matemáticas lo son todo en nuestra vida y aún podríamos buscar muchos más ejemplos. ¿Se te ocurre alguno? ¡compártelo en comentarios!

Nos leemos en la próxima

Estudiar y trabajar al mismo tiempo es, en gran medida, un problema de administración del tiempo y ahí es donde la mayoría de las personas falla. En pocas palabras, se resume a lo siguiente: hay un millón de «cosas» por hacer. Entre otras, trabajar, estudiar, comer, dormir, tener vida social y romántica, entrenar, utilizar redes sociales, leer, viajar, y la lista puede continuar eternamente.

 

Cómo verás, muy pocas actividades son vitales, algunas son necesarias y otras, prescindibles. Trabajar, estudiar y dormir se llevarán buena parte de tu jornada, así que procura administrar bien qué haces con el resto del tiempo. Intenta que sean actividades realmente valiosas para ti; tal vez deberás elegir entre hacer un maratón de cuatro horas de tu serie favorita o ver a tus amigos. Lo mejor es que armes una agenda semanal y decidas de antemano cuánto tiempo dedicarás a cada una de las actividades que quieres realizar.

 

1.- Se realista

Para estudiar y trabajar a la vez debes, ante todo, ser realista. Sufrirás mucho si no lo haces y pensarás que no estás dando todo de ti, aunque lo hagas. No pretendas ser el empleado perfecto, el primero de tu clase y recibirte en tiempo récord. Ten en cuenta que los planes de estudio tienen plazos «ideales», que están muy alejados de la realidad.

Por eso, si trabajas, es inevitable que demores un poco más en concluir tus estudios y no puedas preparar todos los exámenes tan bien como quisieras. En ese sentido, tienes que replantearte tus objetivos, reestablecer qué es el éxito para ti y proponer plazos acordes. Los recursos son limitados, esa es la base de la que partes.

 

2.- Elige sabiamente

Por otra parte, debes elegir con sabiduría qué estudiar y dónde trabajar. Si necesitas cruzar toda la ciudad para asistir a clases, perderás valiosas horas en llegar hasta allí. No es imposible hacerlo, pero cuando organices tu agenda deberás considerar ese tiempo que inviertes en desplazarte. Una opción interesante es tomar un trabajo freelance o realizar un curso a distancia, que te permitirán hacerlo desde tu casa o cualquier lugar en donde te encuentres.

 

3.- Aprende a estudiar

Es curioso que en las universidades e institutos enseñen contenidos, pero no cómo incorporarlos de la manera más eficiente. Se trata de un aprendizaje que correrá por tu cuenta si quieres trabajar y estudiar a la vez. Existen decenas de estudios científicos que ofrecen pistas sobre cómo aprender más, en menos tiempo. No pretendemos abundar en el tema, pero algunos consejos son:

 

Da clases: Según un estudio científico, si te pones en el papel de docente y das clases sobre los temas que estudias, eso mejorará el aprendizaje, tendrás una idea más general de los contenidos y de cómo se relacionan entre sí.

 

Deja las pantallas: No se puede negar que los dispositivos digitales son más prácticos que el viejo libro impreso. Sin embargo, Kate Garland, profesora de psicología en la Universidad de Leicester, descubrió que estudiar a través de pantallas provoca que los estudiantes demoren más tiempo en aprender. Si bien eventualmente alcanzan a los que leen en papel, deben invertir más tiempo en ello.

 

Diversifica: Por su parte, Robert Bjork, director del Laboratorio de Aprendizaje y Olvido de la Universidad de California, afirma que es mejor estudiar distintos aspectos de un mismo tema, antes que enfocarse en uno solo.

 

Abandona el multitasking: Por último, las investigaciones afirman que el multitasking es un mito. El cerebro es incapaz de realizar varias tareas a la vez. En cambio, lo que realmente hace es saltar de una tarea a otra y cada vez, hay un proceso que se detiene y otro que comienza. Eso es poco eficiente.

 

Si navegas la web encontrarás muchas más investigaciones y artículos sobre cómo estudiar mejor. Te recomendamos que lo hagas y veas cuáles se adaptan a ti. A ningún profesor le interesa cuántas horas has estudiado para un examen, sino que puedas resolverlo satisfactoriamente.

 

4.- Limita el uso del móvil y redes sociales

Tal vez no lo creas, pero es probable que dediques más tiempo a mirar tu teléfono móvil de lo que sospechas. Las estadísticas señalan que por ejemplo, pasamos 5 horas y 18 minutos de cada día conectados a Internet. De ese tiempo, 1 hora y 39 minutos lo pasamos en las redes sociales. Son más de 11 horas por semana dedicadas a revisar Instagram, Facebook y otras plataformas.

 

TIP: Existen decenas de apps que te permiten controlar el uso que haces del móvil y las redes sociales. Por ejemplo, Checky, que cuenta cuántas veces has revisado tu móvil en las últimas 24 horas; o Freedom, que bloquea sitios web y aplicaciones para que puedas mantener la atención en lo verdaderamente importante.

 

5.- Cuida de tu salud

Por último, no debes descuidar tu salud. Mantenerte saludable es importante y no solo porque los médicos lo indican. Considera que si te enfermas, deberás faltar a clases y luego ponerte al día será un verdadero fastidio. Por eso, no te olvides de dormir entre 7 y 8 horas por día, practicar algún deporte para liberar endorfinas, cuidar tu alimentación y prestar atención a tu salud menta

 

Ahora que has terminado de leer esta guía con 5 tips sobre cómo trabajar y estudiar a la vez, ya puedes decir que has dado el primer paso en el camino de poner tu vida en orden y alcanzar tus objetivos. Nos leemos en la próxima.

Esta semana les compartimos 6 trucos muy sencillos para aprender a estudiar mejor

 

Esquemas

Todos nos acordábamos de los eternos esquemas que empleábamos para que una lección se nos metiera en la cabeza de una forma sencilla y práctica. Es la manera, con flechas, bullets, destacados y resúmenes que permiten enterarnos  más de cada cuestión.

 

Hacer preguntas y respuestas

Otro truco es hacer preguntas con sus respuestas o soluciones sobre un tema en cuestión. Con ello cada tema se nos queda mucho más en nuestra memoria.

 

En forma de canción o sintonía

También nos acordamos de cómo de pequeños aprendíamos las multiplicaciones o las tablas de química en forma de canción. Porque si se nos quedan pegadas muchas letras de canciones y melodías, también podemos conseguirlo con otros aprendizajes.

 

Con 30 hora al día es suficiente

Si especialmente trabajas y estás estudiando, entonces puedes dedicar una media hora al día. Verás que es suficiente para repasar y estudiar de nuevo conceptos que seguramente no te suenan extraños.

 

Crea un buen  ambiente

Necesitamos un lugar para estudiar que esté fuera de distracciones. Para esto lo mejor es una mesa con su buena luz con la que puedas leer y escribir estupendamente. Debes concentrarte para que estos minutos sean realmente fructíferos.

 

Resúmenes

Además de los esquemas, otras de las cosas que va muy bien es hacer resúmenes de la lección que estás aprendiendo, verás como se te queda mucho más y aprenderás más rápido.

 

Consejos

  • Busca un lugar donde nadie te estorbe cuando estás estudiando
  • Mira las diversas técnicas que existen para aprender mejor
  • Bájate vídeos y otros recursos con el fin de que sea mucho más dinámico
  • No dejes para última hora o cuando estés muy cansado el estudio porque perderás el tiempo
  • Haz esquemas, resúmenes, usa rotuladores y otros para resaltar lo que es realmente importante.
  • El estudio ha cambiado ahora bastante y hay diversidad de recursos online que permiten no aburrirnos más allá de aprender a través de la lectura.

Esperamos que estos trucos les puedan servir y aplicar a la hora de estudiar, nos leemos en la próxima. 

Asistir a algunas clases de idiomas no es suficiente para dominar un idioma. Estudiar (y dominar) un idioma extranjero requiere esfuerzo, persistencia y paciencia. Pero, si concentras tus energías de forma inteligente y haces algunos cambios en tus hábitos, puedes aprovechar el tiempo de clase para perfeccionar el idioma mucho más rápido.

 

Estos son nuestros consejos, cuya eficacia está demostrada, para optimizar tu aprendizaje en el salón de clases:

 

 

1.- USA TUS LISTAS DE VOCABULARIO CON CREATIVIDAD

Mientras estás pensativo en la clase, puede que pienses que nunca te olvidarás de las palabras nuevas que oyes. Por desgracia, suelen ser tantas que es imposible retenerlas confiando solamente en la memoria. Escríbelas. El acto de escribir algo consolida el aprendizaje en nuestra mente y hacer listas de palabras es una estupenda manera de practicar. Pero, ¿sabes qué es todavía mejor? ¡Usar esas listas!

 

Para hacer que tu lista de vocabulario sea útil, intenta crear el hábito de clasificar las palabras nuevas y vincularlas a sus significados; una práctica que da a tu cerebro una razón para procesar cada una de ellas. Para empezar, puedes usar alguna de estas técnicas para crear listas ¡o combinarlas todas!

Divide la página en tres columnas; para la palabra, su categoría (si se trata de un sustantivo, verbo, preposición, etc.), y su definición. Según escuches palabras nuevas, escríbelas en la lista. Por ejemplo:

«surgeon», «sustantivo», «un médico que realiza operaciones».

 

Cubre las columnas cuando lo revises para comprobar tus conocimientos. Codifica por colores las palabras nuevas según su uso, por ejemplo: categoría, tema (viajes, trabajo, comida) o uso lingüístico (jerga, discurso formal/informal). El uso de colores te permitirá encontrar las palabras relacionadas con rapidez y te ayudará a autoevaluarte.

 

Memorízalas mejor incluyendo un ejemplo de la palabra en contexto. ¿El profesor la usó en una frase o hizo un dibujo en el pizarrón para que la memorizarás? Si es así, cópialo. El uso de la palabra en contexto evitará que desaparezca de tu mente cuando salgas de clase.

 

 

2.- EVITA A LOS AMIGOS QUE HABLAN TU IDIOMA

Aunque te hayas apuntado a clases con un amigo, si quieres aprender tendrás que resistir la tentación de ponerte con ellos en clase. ¿Por qué? Cuando trabajas con una persona que habla tu lengua materna, no te pones a prueba y en una situación difícil tendrás la tentación de usar tu propio idioma. Por otro lado, ser valiente y conectar con alguien nuevo y diferente –con quien no puedes conversar– te obliga a trabajar más duro para entender y ser entendido en tu nuevo idioma. Y, en realidad, ¿no es para eso para lo que estás en clase?

 

 

3.- HABLA, HABLA Y HABLA

Ahora bien, no estamos diciendo que tengas que ser ese estudiante, el que interrumpe, habla sin parar, y toma el control de la lección. Eso es no ser generoso con el tiempo de tus compañeros. Sin embargo, si te niegas a interactuar, no vas a hacer ningún favor a tu aprendizaje. Recuerda que el profesor está ahí para ayudarte: si tienes preguntas, dudas o consultas, ¡habla! Articular el problema en voz alta (sobre todo en una lengua extranjera) es una excelente práctica oral en sí misma y a menudo te ayuda a ver la solución antes de que te la den.

 

Cuando aprendemos un nuevo idioma, no mejoramos consumiéndonos en nuestras dudas, sino resolviéndolas. Y, ¿quién sabe? Tal vez alguien más de la clase tenga la misma pregunta y se beneficie también de la respuesta del profesor.

 

 

4.- SE CONSTANTE

Ya se sabe lo que pasa. Te apuntas a clases de chino mandarín, turco, alemán o francés con el entusiasmo de un niño el primer día de las vacaciones de verano. Las dos primeras clases son geniales, pero después pasan «cosas». El trabajo se hace duro. Los amigos vienen de visita. No oyes la alarma y te quedas dormido. Y, al final, tu reluciente nuevo objetivo de aprender un nuevo idioma se llena de polvo.

 

Muchos estudiantes empiezan deseosos de aprender y, después de un par de clases, desaparecen de la faz de la tierra. El asunto es que, aunque uno piensa que no va a ser de esos, la mayoría de los estudiantes no llegan al final de los estudios. ¡No dejes que esto te suceda! ¿Cómo te puedes motivar para asistir a clase de forma constante? Intenta esto:

Recuérdate por qué has elegido estudiar. Pega citas inspiradoras en tu computadora o en un espejo, habla de tus objetivos con tus familiares y amigos, o imagínate a ti mismo –y lo feliz que estarás– una vez que hayas conseguido tu objetivo.

 

Sumérgete en la cultura del idioma que hayas escogido. Come su comida, ve películas, lee sobre el país o los países donde se habla, y busca artículos de noticias relativos a asuntos de actualidad de esos países.

 

Nos leemos en la próxima

 

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