Estudiar online aporta beneficios para el estudiante, tales como la flexibilidad horaria y la posibilidad de mejorar sus competencias digitales y personales, entre otros. Pero también conlleva desafíos, como son la autodisciplina, la autoorganización y planificación del tiempo, así como ejercitar la autonomía y el autoaprendizaje. Esta semana les compartimos 8 consejos para tomar las clases en línea.

 

1. ELIGE EL LUGAR IDEAL

Asigna en tu casa un área bien iluminada, tranquila y con espacio suficiente, con el fin de que puedas concentrarte en tus clases.

Trata de evitar lugares en los que tus papás o hermanos suelen estar, pues aunque ellos estén haciendo home office, te podrían distraer con alguna plática.

 

2. MANTÉN TU RUTINA

Despierta a la misma hora, desayuna y arréglate como si fueras a clases presenciales, eso ayudará a que tu mente se prepare para concentrarse.

Recuerda que es horario de clases, no te quedes en pijama: en la mayoría de los videoenlaces seguramente te pedirán tener encedido el video para mejorar la interacción.

 

3. CÓMODO, PERO SIN DISTRACCIONES

Ten en cuenta que vas a estar en clase desde tu casa, pero no hay que dejar que eso se convierta en un potencial factor de distracción, entre más lejos estés de la cama ¡mejor!

"Tu mayor reto será ignorar los distractores durante cada sesión; hay que reafirmar las normas de un salón de clase y poner atención en todo momento".

 

4. EQUÍPATE CON LO NECESARIO

Prepara tu equipo de cómputo y revisa que funcione correctamente tu cámara web.

También incluye unos audífonos, de preferencia manos libres con un buen micrófono para que escuches y te escuchen bien.

“Es normal que al estar en tu casa, entre tu mamá o tu hermana al cuarto, o te hablen cuando estés en clase; estas situaciones ‘cómicas’ a veces pueden interrumpir tu atención en la clase, por eso es bueno tener audífonos puestos”.

Además ten a la mano una libreta y una pluma para hacer apuntes como siempre y trata de que el lugar donde vas a tomar clases cuente con una conexión de luz para tu computadora.

 

5. QUE NO SE TE CAIGA LA SEÑAL

Trata de que el lugar donde estudies tenga una señal estable de wifi. Puedes mejorar la calidad de tu conexión al estar cerca del router o con un cable de red LAN.

Una buena señal ayudará a que tu profesor no se quede "congelado", recuerda que las clases en videoconferencia suelen consumir buena parte del ancho de banda de tu red.

 

6. PLANIFICA TUS HORARIOS

Crea un plan de estudios tomando en cuenta el horario que vas a utilizar durante el día, puedes ponerte breaks de 10 o 15 minutos después de cada clase. No olvides asignar tu hora de comida.

Planifica tus fechas y días de entrega de tareas, trabajos y exámenes. Existen apps como TickTick y To Do Reminder que te pueden facilitar esa labor.

 

7. PRIORIZA: ES TU TIEMPO DE ESTUDIO

Haz una lista de los trabajos que entregas cada día y evita que se te acumule la carga de pendientes.

También informa a tu familia cuáles son los horarios de estudio y actividades académicas, ya que es importante su apoyo para que no se mezcle con el tiempo de dinámica familiar o con tareas del hogar.

 

8. LEVANTA LA MANO ¡PARTICIPA!

No te escondas en las videoconferencias, participa como si estuvieras en clase presencial; todos los integrantes en la llamada pueden participar de manera dinámica, tienen incluso botones para levantar la mano.

 

Esperamos te sirvan estos 8 consejos, tomes nota y los pongas en práctica. Nos leeemos la próxima semana 

¿Te duele la cabeza? ¿Los ojos te lloran? ¿Te da sueño temprano? ¿Sientes como si te hubiera caído un piano en la espalda?

Tal vez estés experimentando la fatiga de las clases virtuales, casi nadie que pase más de ocho horas sentado frente a una computadora puede librarse de esto.

 

Por esto esta semana les presentamos unos consejos para evitar la fatiga en las clases virtuales

 

Haz pausas activas

Date un descanso de al menos cinco minutos entre clase y clase. Las clases de 45 minutos o más pueden ser agotadoras para cualquiera. Por eso es importante que separes esos momentos para respirar o hacer estiramientos de brazos, piernas, cabeza y cuello.

 

En cuanto a la respiración, puedes buscar un espacio tranquilo, de preferencia sin bulla y sentarte en una posición cómoda, con la espalda recta, los brazos sobre las piernas y los pies en el piso e inhalar y exhalar alrededor de cinco veces por un periodo de dos minutos. Al inhalar deberás inflar tu estómago como un globo y después soltar todo el aire acumulado.

 

Establece prioridades

Aprender a distinguir entre lo urgente y lo importante es básico. No todas las cosas se tienen que hacer el mismo día y a la misma hora. Hay algunas que sí son muy urgentes y vamos a tener que apagar ese incendio pronto, pero hay otras que se pueden dejar para mañana. Eso no significa que debemos pasarnos la vida procrastinando, pero tampoco debemos irnos al extremo de actuar como pulpos. También puedes probar usando diferentes aplicaciones para organizarte como Trello o Google. ¡A veces necesitamos una mano!

 

Recibe luz solar

Como el tolok, al menos una vez al día necesitas hacer una caminata para recibir luz solar, escuchar el sonido de las aves y recibir todo lo que tiene para darte la naturaleza. Anímate a dar aunque sea una vuelta a la manzana ¡Cinco minutos son suficientes! Estar un ratito al aire libre te ayudará quitarte la sensación de estar siempre confinado.

 

Identifica cuándo es tiempo de parar

Un ejercicio que te puede servir para los momentos de tensión es el STOP, es una herramienta de mindfulness que sirve para que te fuerces a dejar de hacer lo que estás haciendo y te conectes con tu cuerpo para observar todos esos pensamientos que pueden estar pasando y que por estar ocupado no notabas.

 

Quizás podrías estar sintiendo tristeza por no ver a tu familia y amigos o estrés porque no te alcanzó el tiempo para entregar todos sus trabajos. ¡Ahora podrás identificarlos!

Como ves, siempre hay tiempo para alejarte de los aparatos electrónicos por unos minutos.

¡Encontremos el balance en nuestras actividades del día a día para estar bien!

Les presentamos algunos trucos psicológicos que pueden ayudarte a sacar buenas notas.

 

1. Corta el tiempo de estudio en trocitos

Investigaciones sobre los procesos atencionales y el rendimiento de estudio muestran que es mejor controlar los ratos que le dedicamos al estudio poniendo un límite de tiempo más bien bajo para cada sesión.

Lo ideal es hacer que los ratos de estudio no superen los 30 minutos, ya que mostramos bastante más facilidad para asimilar información que nos llega en ráfagas cortas y repetidas que en una sola que sea larga y tediosa. De lo que se trata es de mantener el cerebro al 100% en cada momento (por cierto, mantener el sueño a raya es sagrado, y para eso nada como dormir bien).

 

2. Crea una rutina de estudio

Proponerse un horario de estudio y seguirlo no sirve sólo para ofrecer una imagen de madurez y pulcritud, ya que tiene efectos notables sobre el rendimiento de estudio. Abordar el aprendizaje de manera desorganizada es una manera de terminar estudiando a altas horas de la noche, cuando el sueño y el cansancio hacen mella en nuestra capacidad de concentrarnos.

Además, acostumbrarnos a un horario hará más fácil que no nos saltemos los ratos de estudio y nos permitirá dedicarles el tiempo que se merecen. En ese sentido, el mismo que funciona para los ejercicios de gimnasio funciona también para memorizar y asimilar información. ¡No lo dejes todo para mañana!

 

3. Crea notas-resumen en hojas individuales

No confíes demasiado en la técnica de subrayar textos. El hecho de subrayar no ayuda a memorizar el texto si no se repasa varias veces, y de todos modos ceñirse a la memorización de las frases que tienen una línea debajo nos mantiene anclados a la manera en la que la información queda distribuida en el texto original. En cambio, hacer esquemas y pequeños resúmenes en trozos de papel nos obliga a reformular la información que hemos leído y, además, hace más fácil crear combinaciones de notas que son distintas a las del texto pero que nos ayudan a entender mejor lo que leemos, ya que podemos juntar o separar los trozos de papel del modo que queramos para asimilar la información en el orden deseado.

 

4. Mantén alejadas las distracciones

Puede parecer evidente, pero nunca está de más recordarlo porque estas distracciones pueden adoptar las formas más insospechadas y es bueno identificarlas. En tu lista negra deben estar Facebook, el teléfono móvil y la televisión, pero puedes incluir otros elementos propios de tu día a día y hacer lo posible por aislarte de todos ellos durante los ratos de estudio (recuerda que son cortos, así que... ¡no es mucho pedir!). Hacer esto antes de ponerte a estudiar te ayudará a no caer en la tentación una vez hayas empezado.

 

5. Prepara tu material de estudio antes que nada

Tener preparado todo lo que necesitas hará que no te levantes para ir a buscar cosas y, por lo tanto te distraigas. Además, asociar este conjunto de objetos al estudio hará que, cada vez que lo veas, entres en la dinámica de estudiar con facilidad... ¡aunque no sabrás explicar exactamente por qué te ocurre! Por tanto, préstale atención a la organización de los libros y herramientas que necesites antes de sentarte a hincar los codos. Si lo tienes todo perfectamente organizado, será más fácil que logres tener todos los recursos a mano y puedas ser más eficiente durante tus horas de estudio.

 

6. Proponte (al menos) una unidad de estudio para cada sesión

Fija un tema a estudiar y estúdialo. Organizar información relacionada entre sí por el hecho de permanecer a un tema o categoría de cualquier clase es mucho más fácil que estudiar piezas de información dispersas y desordenadas. Para eso es bueno que leas la lección una vez para crear un mapa mental de la localización de los temas en el texto y luego te focalices en cada uno de ellos.

 

7. Huye de la memorización literal

Haz tuya la información que contienen los textos. Relaciónala con episodios de tu vida, reformúlala con tus propias palabras y usa ejemplos que conoces. De esa forma lograrás alcanzar el aprendizaje significativo que necesitas, bastante más resistente al paso del tiempo que el que se basa en la memorización de datos a los que no se les encuentra demasiado sentido.

 

8. Huye de la memorización lineal

Piensa, sobre todo, en similitudes y diferencias entre conceptos, piezas de información que en los textos que te has estudiado no aparecen muy conectados pero que podrían estarlo en ciertas preguntas de examen, por ejemplo.

 

9. Practica constantemente

Si tienes la posibilidad, evalúate con exámenes o cuestionarios acerca del tema que estudias. Esto puede parecer una pérdida de tiempo si crees que el tiempo bien invertido sólo puede ser dedicado a "empaparse" de la información a estudiar, pero no lo es en absoluto, ya que te ayudará a detectar fallos y además te servirá para medir tu progreso y, por lo tanto, a mantener alta la motivación, lo cual también repercutirá positivamente en tu rendimiento.

 

10. Explícale la lección a otra persona

Esto es literal. El hecho de explicar en tus propias palabras lo que has aprendido es posiblemente el consejo para estudiar más valioso, ya que te aportará dos grandes beneficios. Por un lado, reformular la lección es una manera de repasar mentalmente lo que has estudiado, por lo que el tiempo que le dediques a esto servirá para asimilar mejor lo que habías estudiado antes. Por otro lado, te servirá para autoevaluarte, detectar puntos que creías aprendidos pero que en momentos clave te dan problemas, y te ofrecen una imagen bastante fiel de tus progresos.

Iniciamos el año 2021 y qué mejor manera de iniciarlo que con  propósitos reales, por esto iniciamos el año con unas sugerencias que esperamos les ayuden.

 

Ponte metas

Tienes doce meses por delante para poder alcanzar tus metas y para poder planificarlas bien. Tendrás que ser realista ante las metas que quieres alcanzar y fijarlas durante el año. Si es necesario realiza un mapa con todas las metas y añade los meses del año, es importante que pongas plazos para cada meta, así podrás planificarte mejor.

 

Organiza tu tiempo

No me refiero a que organices tu tiempo únicamente teniendo en cuenta tu horario semanal, sino que lo planifiques acorde a las actividades a lo largo del año. En definitiva se trata de organizar tu tiempo semanal, mensual y tus citas, de este modo y con tu agenda en la mano podrás saber qué debes hacer en cada momento.

 

Usa un calendario y una agenda

Un calendario y una agenda en tu vida de estudiante es totalmente imprescindible. Igual que debes organizar tu tiempo, debes saber cómo hacerlo y no hay mejor forma que a través de un calendario y una agenda. El calendario te permitirá ver los días del mes, calcular el tiempo que te queda para un examen, para la entrega de un trabajo, saber qué días tienes de vacaciones, etc. Con la agenda también te permitirá lo mismo que el calendario, pero además podrás escribir todo lo que tienes que hacer diariamente. De esta manera podrás sentir menos estrés y ansiedad y podrás tener todo mejor organizado.

 

Sal de tu zona de confort

Es necesario que aprendas a salir de tu zona de confort para poder lograr nuevos retos y que tus objetivos vayan lográndose. Si siempre estás dentro de tu zona confortable no podrás avanzar ni conseguir nuevas cosas, puesto que no te atreverás a ir más allá. Prueba cosas nuevas dentro de lo que estás estudiando para poder disfrutar más y mejor, te darás cuenta de todo lo que eres capaz de hacer y de conseguir.

 

Establece la regla de los 15 minutos en tu vida diaria

Esta regla es muy útil para cualquier ámbito de tu vida, pero también lo será para tus estudios, tu formación y para saber qué campos te interesan más que otros.  La regla de los 15 minutos consiste en dar la oportunidad a algo durante 15 minutos (un programa de televisión, una película, un documental, un libro…), es como darle el beneficio de la duda durante este tiempo. Si después de 15 minutos no te interesa o crees que no va contigo, entonces puedes dejarlo marchar de tu vida… es posible que no sea buena idea para ti.

 

Cuida tu salud física y mental

Para poder rendir al máximo en tu vida y en tus estudios, es necesario que además de tener una buena organización y unos buenos hábitos de estudios… cuides de tu salud física y mental, porque sin eso, no podrás conseguir metas ni sentirte bien contigo mismo. Es posible que en fechas de exámenes o cuando tengas que presentar un trabajo sientas que los hábitos saludables quedan a un segundo plano... pero si notas que las muñecas empiezan a doler, te duele la espalda, empiezas a tener problemas de sueño o algún tipo de trastorno temporal, entonces ha llegado el momento de hacer una pausa y valorar el tipo de dieta que sigues y el tiempo que dedicas a ejercitarte.

Ciertamente estudiar en línea no es fácil para cualquier alumno; pero lo que también es cierto que cualquier alumno puede estudiar en línea con un poco de esfuerzo y dedicación. Sólo necesitas seguir estos consejos para que puedas tener éxito en tus clases por internet:

 

La clave del éxito está en la organización

A diferencia de las clases presenciales, en la modalidad en línea o a distancia la clave del éxito estará en qué tan organizado puedas ser con tus clases y tareas; además del equilibrio que debas de tener con tus demás actividades personales o laborales. Así pues, ya sea que puedas reservar un día en específico a la semana para realizar todas las tareas que debes de hacer (lo cuál no sólo es altamente desaconsejable porque terminarás agotado), también puedes organizar tu agenda con una o varias horas al día para atender las clases por videollamada o la realización de tareas.

 

La disciplina será tu mejor amiga

Así como la organización será un papel clave para alcanzar el éxito; la disciplina se convertirá en tu mejor amiga para presentar tus tareas en tiempo y forma. También, ser disciplinado te permitirá levantarte de la cama y hacer toda una rutina como si fueras a salir de tu casa; desayunar, bañarte, vestirte, para después sentarte frente a la computadora y comenzar a realizar tus pendientes.

 

HAY UN GRAN PODER PSICOLÓGICO DETRÁS DE NO QUEDARTE EN PIJAMA PARA HACER LA TAREA.

 

Agrégale un 0.1% extra cada día

A todas tus tareas, trabajos, exámenes y estudios agrégales un 0.1% de esfuerzo y dedicación extra. Sólo un 0.1% de esfuerzo extra en cualquier actividad que realices en la vida, tras un disciplinado y continuo actuar durante los 365 días al año, se traducirá en una mejoría del 36.5% respecto a como estabas al inicio.

 

Mantén tu espacio de trabajo listo y a punto

Así como en un modelo presencial es necesario tener cuadernos y plumas para hacer apuntes, la ventaja de poder tomar clases desde tu casa involucra que tengas un equipo de cómputo con conexión a internet. Y cuando nos referimos a que tu espacio de trabajo esté listo y a punto, hablamos no solamente de tener un escritorio con la computadora y la cámara web; sino también, de tener una conexión a internet decente, que te permita tener videoconferencias sin problemas, además de descargar documentos y navegar por internet con velocidad; también, tener los programas adecuados, como la paquetería de Adobe o de Office, sólo por mencionar algunos; y, por supuesto, no olvides tener activado un antivirus para proteger tu equipo del malware y spyware.

 

¡No te distraigas!

Tener actividades en línea involucra un gran riesgo de que invariablemente te distraigas con redes sociales, videos en Youtube, artículos, videojuegos y demás. En línea están disponibles varias aplicaciones para bloquear las notificaciones de tu teléfono mientras necesitas concentrarte en alguna tarea; también puedes ocupar alguna extensión para Chrome o Mozilla que te ayude a bloquear sitios web o redes sociales, por el periodo de tiempo que tú determines. Lo importante es que no te distraigas.

 

Que tu rutina sea saludable

Quizá el consejo más importante de todos sea este: tu rutina diaria debe de ser saludable. De nada sirve que tengas toneladas de tareas en línea si esto provoca que estés frente a la computadora, comiendo chatarra y llevando una vida sedentaria. Come balanceado, haz ejercicio y procura descansar bien, al menos dormir tus 8 horas diarias.

Tener clases en línea es todo un arte muy balanceado, pero siguiendo nuestros consejos, estamos seguros de que todo irá como viento en popa

Deja tus preocupaciones a un lado y respira con calma, estar entre dos carreras y no saber cuál elegir es algo más común de lo que crees y existen varias maneras de comenzar a conocerte y así saber qué es lo que realmente quieres.

 

Esta semana les compartimos 8 consejos que debes seguir si estás entre dos carreras y no sabes cuál elegir:

 

1) Define por qué te gustan las dos carreras

Pregúntate por qué te gusta cada una o si te estás dejando llevar por razones diferentes al gusto, como seguridad económica, o por ser una carrera que tus papás aceptarían más.

 

2) Elige la carrera que te apasiona más

Si al analizarlo te das cuenta que una te gusta más y la otra la eliges por diversas razones entonces el consejo es que te orientes por la que más te gusta. Cuando uno hace lo que le gusta las ganas que siente por eso hace que desarrolle habilidades distintas y repercute en tu rentabilidad y otros factores.

 

3) Puedes integrar ambas carreras

Si las dos carreras te gustan, ambas te apasionan, entonces proyecta tu futuro y vislumbra cuál te gustaría que sea tu columna vertebral. Muchos profesionales juntan las carreras que les gustan y una la estudian en la universidad y otra en especializaciones.

 

4) Conoce a profundidad las dos carreras

Conoce con realismo ambas carreras para que tus dudas sean despejadas de la manera adecuada.

 

5) ¿Cuál es tu objetivo?

En primer lugar, hay que analizar con qué objetivo quieren estudiar. En base a eso van a decidir si quieren estudiar una carrera de pregrado/tecnicatura o hacer una carrera de grado. Tienen que pensar en todas las variables ya que no todas las carreras tienen la misma duración, ni se cursa la misma cantidad de horas. La elección del tipo de carrera depende de la situación personal de cada uno. En algunos casos, uno puede arrancar estudiando una carrera corta (tecnicatura o pre grado) y luego continuar la carrera en la universidad, y así obtener el título de grado.

 

6) Análisis del plan de estudios

Otro de los elementos a analizar es el plan de estudios. Este se refiere a la forma de organización de los contenidos y actividades que se consideran básicos en la formación académica. En el plan de estudios figura la nómina de materias de la carrera. Dependiendo de la universidad, puede que haya variaciones en el plan de estudios.

 

7) Ver los posibles campos laborales

Informarse en profundidad el campo laboral de las carreras de tu interés. Se refiere a las funciones y los ámbitos dónde vas a poder desempeñarte con tu profesión. Hay carreras que tienen un campo laboral más amplio que otras. Es importante conocerlo, ya que te va a dar la pauta de en qué lugares podrías trabajar y si te ves o no en esos ámbitos. Pueden aprovechar y explorar distintos escenarios posible de trabajo.

 

8) Sueldos y demanda

Conocer las condiciones del mercado laboral. Es decir, cuáles son las oportunidades laborales de esa profesión. Considerar las condiciones de empleo y los salarios que reciben los profesionales, puede ser un aspecto más a considerar en la elección de la carrera.

 

Esperamos que estos 8 consejos te sean de utilidad, nos leemos en la próxima.

¿Qué es lo primero que te viene a la mente cuando tienes que hablar en público?

Te encanta exponer en clase, presidir una reunión o dar una conferencia o, más bien, te ves atrapado en pensamientos negativos como; ¿Y si me tiembla la voz?, ¿me voy a quedar en blanco?, Ya verás como la lio y lo hago mal…

 

En general, muchas personas lo pasan mal durante el primer minuto, pero tienen los recursos o la fuerza suficiente para poder evitar bloqueos en pleno escenario y continuar con la presentación.

Sin embargo, hay personas que pasan por una gran ansiedad hablando en público y sabemos que el miedo escénico o miedo hablar en público es, posiblemente, la fobia social más frecuente en nuestra sociedad. Si el miedo a hablar en público es persistente, es posible que se trate de “Glosofobia”.

 

Las causas del miedo a hablar en público, algunas veces desconocidas, se pueden resumir en una sola palabra: expectativas, y no son necesariamente las del público, sino principalmente las que uno se marca cuando sube a un podio o tiene que hablar delante de más personas. El orador puede tener imágenes de sí mismo que suelen ser autodestructivas, piensa que todo debe ser perfecto y desea conseguir la aprobación de su audiencia. Este miedo al fracaso puede generar un bloqueo o hacernos pasar un mal rato que se va a transmitir a los oyentes al hablar en público.

Como conseguir una representación interna positiva de nosotros, que nos ayude a disfrutar de las presentaciones, reuniones o clases a dar.

 

Hay algunos trucos que nos ayudan para hablar sin miedo ante un grupo de personas:

 

1.- Prepárate muy bien tu presentación.

Cuanto mejor domines el tema, menos posibilidades tienes de fracasar. Solo usa el material necesario para no perderte y solo te falta practicar y practicar.

Es importante tener un buen apoyo de medios audiovisuales. Nos ayuda a mantener el control sobre el tema.

 

2.- Acude con tiempo de antelación a la sala.

Así tendrás tiempo para resolver problemas, comprobar cables, wifi, proyector, etc. Si con todo eso aun algo falla, sigue adelante con lo que recuerdes, porque gracias a la práctica dominas el tema.

 

3.- El trabajo no es perfecto.

Si te obsesionas con obtener resultados perfectos, estarás pendiente de ello y te puede generar estrés y ansiedad. Si te equivocas, llévalo con sentido del humor.

 

4.- Trabaja la comunicación no verbal.

Gestos, postura, las manos, la mirada, etc...

 

5.- Conoce y saluda a los participantes antes de tu intervención.

Esto te dará más confianza y te mostrarás amigable.

 

6.- Sé tú mismo.

No trates de ser quien no eres o apartentar posturas falsas de ti, esto se nota, lo mejor es siempre ser tú mismo.

 

7.- Respira.

La respiración correcta ayuda a tranquilizarnos y oxigenarnos mejor, no te aceleres.

 

8.- Bebe agua antes y durante la presentación.

Esto te ayudará a mantenerte hidratado y que no se te seque la garaganta.

 

9.- Habla despacio y con contundencia.

El tono de voz, la velocidad, las pausas o el ritmo nos permiten transmitir energía y fuerza.

 

10.- Habla de aquello que te apasiona y dominas.

De esta manera lo harás de manera natural y llevarás mejor el tema. Obivamente si el tema no lo dominas deberás prepararte para hacerlo.

 

11.- Elabora una lista de preguntas que crees que te harán y ten las respuestas a mano.

Esto es muy útil para estar preparado ante las posibilidades de tus respuestas. Y recuerda, si no tienes la respuesta no trates de improvisar, siempre es mejor admitir que no la cononces pero que investigarás al respecto.

 

Sin duda, hay personas que tienen mayor facilidad oratoria y se encuentran como pez en el agua en frente de una audiencia. Pero todos tenemos la posibilidad de mejorar nuestra capacidad de hablar en público, y conseguir hacerlo de manera que resulte atractiva, clara, dinámica y transformando miedos, nervios y estrés, en una sonrisa de confianza.

Es posible que en muchas ocasiones hayas obtenido una nota que no ha hecho justicia al tiempo que has dedicado a estudiar, y eso es algo muy frustrante. ¿Te has planteado que la estrategia que sigues a la hora de estudiar no es correcta? ¿Tus hábitos de estudio son mejorables? Planificar y organizar tu estudio, descansar cada cierto tiempo, evitar distracciones o mantener la motivación son algunos de los aspectos que debes tener en cuenta a la hora de estudiar.

¿Te gustaría saber cuáles son los hábitos de estudio que harán de ti un mejor estudiante? ¡Perfecto! A continuación, te vamos a decir 10 hábitos de estudio que te ayudarán a aprender de manera más inteligente y eficaz.

1. Márcate una meta

Antes de comenzar a estudiar a diario debes tener claro qué quieres conseguir con todo esto. Tener claros tus objetivos y tus motivaciones para emprender este camino serán la clave que te llevarán a conseguir tus metas.

2. Una buena planificación es indispensable

Tener una planificación correcta es básico si pretendes alcanzar un objetivo. Es tu hoja de ruta, la base que hará que sigas un determinado camino y que no te apartes del rumbo si llegan adversidades.

A la hora de estudiar es muy importante planificar y organizar el estudio. En este artículo te explicamos cómo puedes organizarte mejor creando tu calendario de estudio. Te aseguramos que habrá un antes y un después cuando hayas hecho tu propio calendario de estudio y hayas organizado los horarios que vas a dedicar a estudiar.

3. Estudia todos los días a la misma hora

Para conseguir un buen hábito de estudio es recomendable que el estudio se haga siempre en los mismos periodos de tiempo. Esto hará que tu cerebro acabe asimilando como tiempo de estudio esos momentos y se encuentre más predispuesto para comprender la información en este intervalo de tiempo.

¿Tienes poco tiempo para estudiar y tienes que aprovechar cada hueco que tengas entre las diferentes obligaciones que tienes que afrontar cada día? Es normal. No te preocupes. En la medida de lo posible intenta estudiar en el mismo horario todos los días. Seguramente estos huecos que aprovechas para estudiar también siguen un patrón de horarios que se repiten día tras día.

4. Evita los atracones de estudio

Estudiar durante largos periodos de tiempo sin descanso es contraproducente para tu memorización. La mejor forma de estudiar es poco a poco, con pequeñas sesiones de tiempo bien aprovechado. En periodos cortos el cerebro asimila mucho mejor la información a la cual lo expones. Está demostrado que es mejor estudiar diez sesiones de una hora que una sesión de diez horas.

5. Descansar es prioritario

Muchas veces, bien porque disponemos de poco tiempo para estudiar o porque hemos empezado a estudiar demasiado tarde para un examen, sustituimos horas de sueño por horas de estudio. Pero debes tener en cuenta que, pase lo que pase, debes dormir entre 7 y 8 horas.

Tu cuerpo y tu mente necesitan descansar, y si les privas de ese descanso su rendimiento caerá en picado. Por lo que si quieres mantener un buen rendimiento a la hora de estudiar debes dormir lo suficiente para que al levantarte al día siguiente estés al 100% de tus capacidades.

Además, ¿sabes que mientras duermes tu cerebro sigue trabajando asimilando información e incluso resolviendo cuestiones o problemas no resueltos? ¿Te ha pasado alguna vez que no has sido capaz de resolver un problema y a la mañana siguiente, cuando te has levantado, de repente, por arte de magia, has dado con la clave que te permite resolverlo?

6. Estudia siempre en el mismo lugar

No importa que estudies en el comedor de tu casa, en tu habitación o en casa de tu tía, lo importante es que siempre estudies en el mismo lugar, ya que te hará evitar distracciones innecesarias. Cuando estás habituado a un sitio los estímulos propios del lugar forman parte de la rutina, por lo que no oyes los ruidos, ni te distrae el entorno. El tener un lugar adecuado para estudiar a diario mejorará tu concentración y, por ende, tu rendimiento.

7. Ponte pequeñas metas cada día

Marcarte todos los días un pequeño objetivo te ayudará a concentrarte y a estar más predispuesto al estudio. Si sabes que hoy tienes como meta aprender la tabla periódica no debes levantarte hasta que lo hayas conseguido. El marcarte pequeños objetivos te ayudará a mantenerte motivado, aumentará tu concentración y evitará que te distraigas.

8. Aprender a enseñar.

Uno de los mejores hábitos que puedes adquirir para mejorar como estudiante es el aprender a enseñar. Esto significa que debes introducir en tu rutina una exposición oral de aquello que estés estudiando. Debes plantearlo como si estuvieses explicándoselo a otra persona para que sea más efectivo. No importa cuánta información hayas estudiado hoy. Si lo haces cada día y lo incorporas a tu rutina te aportará una visión clara de los conocimientos que tienes en la materia, te ayudará a estructurar mentalmente, a asimilar e interiorizar la información que has estudiado.

9. Olvídate de los dispositivos móviles.

Nada de smartphones durante el estudio. Sí, lo que oyes. Nada. Aunque no quieras reconocerlo los dispositivos móviles son una fuente constante de distracciones. Si eres de los que no pueden vivir sin su smartphone cerca deberás ponerlo en modo avión durante el tiempo que dediques a estudiar.

10. Premia tu esfuerzo a diario.

Al igual que te has puesto pequeñas metas diarias que debes cumplir, es necesario que te premies con algo tras conseguir tu objetivo diario. No es necesario un gran premio: un café, un par de páginas de ese libro o un paseo con tu perro pueden ser el premio. El hacer algo que te guste cada día tras conseguir tu objetivo marcado te ayudará a mantener la motivación y a conseguir crear un buen hábito de estudio.

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